Lección 96 UCDM
La salvación procede de mi único Ser
La Dualidad Percibida
Aunque eres un solo Ser, te experimentas a ti mismo como si fueras dos: uno bueno y otro malo, uno lleno de amor y otro lleno de odio, uno que es mente y otro que es cuerpo. Esta sensación de estar dividido en dos seres opuestos da lugar a un constante y agudo conflicto, y conduce a desesperados intentos de reconciliar los aspectos contradictorios de esa auto-percepción. Has buscado muchas de estas soluciones reconciliadoras, pero ninguna te ha dado resultado. Los opuestos que percibes en ti jamás serán compatibles. Tan sólo uno de ellos existe.
La Incompatibilidad de la Verdad y la Ilusión
Si has de salvarte, tienes que aceptar el hecho de que por mucho que lo intentes, la verdad y lo ilusorio no pueden reconciliarse, independientemente de los medios que utilices o de dónde percibas el problema. Hasta que no aceptes esto, irás en pos de un sinnúmero de metas irrealizables, desperdiciarás el tiempo, tus esfuerzos serán en vano, fluctuarás entre la esperanza y la duda, y cada intento será tan fútil como el anterior y tan inútil como sin duda alguna será el siguiente.
La Imposibilidad de Resolver Conflictos Sin Sentido
Los problemas que no tienen sentido no pueden resolverse dentro del marco en el que se plantean. Dos seres en conflicto supone una condición que no se puede resolver, y no puede haber tampoco un punto de encuentro entre el bien y el mal. El ser que tú fabricaste jamás podrá ser tu Ser, ni tampoco puede tu Ser dividirse en dos y seguir siendo lo que es y lo que no puede sino ser eternamente. Una mente y un cuerpo no pueden coexistir. No trates de reconciliarlos, pues cada uno niega que el otro sea real.
La Mente Como Medio de Expresión del Espíritu
La mente es el medio del que el Espíritu se vale para expresarse a Sí Mismo. Y la mente que sirve al Espíritu está en paz y llena de júbilo. Deriva su poder del Espíritu y desempeña gustosamente su función aquí. Por otro lado, la mente puede también verse a sí misma como divorciada del Espíritu, y percibirse como dentro de un cuerpo al que confunde consigo misma. Sin su función, pues, no tiene paz, y la felicidad se vuelve algo ajeno a su pensamiento.
La Ineficacia de una Mente Separada
Mas una mente separada del Espíritu no puede pensar. Ha negado la Fuente de su fortaleza, y se considera a sí misma desvalida, limitada y débil. Disociada ahora de su función, cree estar sola y separada, atacada por ejércitos que se organizan en su contra, y que se ocultan en la frágil estructura del cuerpo. Ahora tiene que reconciliar lo que es diferente con lo que es lo mismo, pues para eso es para lo que cree que es.
Abandono de Conflictos Inútiles
No pierdas más tiempo en esto. ¿Quién puede resolver los insensatos conflictos que presenta un sueño? ¿Qué significado podría tener su resolución? ¿Qué objeto tendría? ¿De qué serviría? La salvación no puede hacer que las ilusiones sean reales ni tampoco resolver un problema que no existe. Tal vez albergas la esperanza de que puede. Mas ¿querrías que el plan de Dios para la liberación de Su amado Hijo le causara dolor y no lograra liberarlo?
El Refugio de la Salvación en Tu Mente
Tu Ser aún conserva Sus pensamientos, los cuales permanecen dentro de tu mente y en la Mente de Dios. El Espíritu Santo conserva la salvación en tu mente y le ofrece el camino que conduce a la paz. La salvación es un pensamiento que compartes con Dios porque Su Voz lo aceptó por ti y respondió en tu Nombre que se había consumado. De esta manera, la salvación está salvaguardada entre los pensamientos que tu Ser aprecia y abriga por ti con amor.
Búsqueda del Pensamiento de Salvación
Hoy intentaremos localizar este pensamiento, cuya presencia en tu mente está garantizada por Aquel que te habla desde tu único Ser. Nuestras prácticas de cinco minutos cada hora estarán dedicadas a buscar este Ser en tu mente. La salvación procede de Él a través de Aquel que es el puente entre tu mente y Él. Espera pacientemente y deja que te hable acerca de tu Ser y de lo que tu mente puede hacer una vez que haya sido restituida a Éste y se encuentre libre para servir Su Voluntad.
Práctica para Reconocer la Salvación
Comienza diciendo lo siguiente: La salvación procede de mi único Ser. Sus pensamientos están a mi disposición. Luego busca Sus pensamientos y reclámalos como tuyos. Son tus pensamientos reales, los cuales has negado mientras dejabas que tu mente vagara por un mundo de sueños en busca de ilusiones que los substituyesen. He aquí tus pensamientos, los únicos que tienes. La salvación se halla entre ellos. Encuéntrala allí.
El Hallazgo de la Salvación y la Paz
Si tienes éxito, los pensamientos que se te ocurran te dirán que te has salvado y que tu mente ha encontrado la función que procuró perder. Tu Ser le dará la bienvenida y la colmará de paz. Una vez que su fortaleza haya sido restaurada, tu mente podrá fluir de nuevo desde su espíritu al espíritu de todas las cosas creadas por el Espíritu a semejanza de Sí Mismo. Tu mente bendecirá todas las cosas. Una vez que la confusión haya cesado, quedarás restaurado, pues habrás hallado tu Ser.
Confianza en el Éxito de la Práctica
Tu Ser sabe que hoy no puedes fracasar. Tal vez tu mente siga dudándolo por un rato, pero no te dejes desanimar por ello. Tu Ser conservará para ti la dicha que experimenta, y gozarás de ella con plena conciencia. Cada vez que dedicas cinco minutos de cada hora a buscar a Aquel que une a tu mente con tu Ser, le ofreces un tesoro adicional para que lo salvaguarde para ti.
Acumulación de Tesoros Espirituales
Cada vez que le dices hoy a tu agitada mente que tu salvación procede de tu único Ser, añades otro tesoro más a tu creciente almacén. Y éste se le da en su totalidad a todo aquel que lo pida y acepte el regalo. Piensa, pues, ¡cuánto se te está dando este día para que lo des, de manera que se te pueda dar a ti!
Reflexiones sobre la Lección 96 de Un Curso de Milagros: Descubriendo la Unidad Interior
La Dualidad como Ilusión
La Lección 96 de Un Curso de Milagros nos sumerge en la comprensión profunda de nuestra unidad intrínseca con el Creador, desafiando la percepción dualista de nosotros mismos como divididos entre el bien y el mal, amor y odio, mente y cuerpo. Nos revela cómo esta división no es más que una ilusión, un conflicto interno sin solución real, porque en verdad, solo una parte de esa dicotomía existe realmente.
Verdad vs. Ilusión
Nos enfrentamos a la tarea de reconocer que la verdad y la ilusión no pueden coexistir, y que nuestros intentos por reconciliarlos son vanos. La lección nos insta a aceptar esta realidad para no desperdiciar más esfuerzos en metas ilusorias, viviendo en un estado fluctuante de esperanza y duda. Nos invita a ver más allá del conflicto, reconociendo que el ser que creemos haber fabricado no es quien realmente somos.
La Imposibilidad de Conflictos Sin Sentido
La lección enfatiza la futilidad de intentar resolver problemas que, en su núcleo, carecen de sentido. La verdadera solución no reside en el mundo de los opuestos, sino en la aceptación de nuestra identidad inmutable como seres unificados con nuestro Creador. Nos anima a dejar de intentar reconciliar mente y cuerpo como entidades separadas, reconociendo que solo el espíritu es real.
La Mente y el Espíritu
Nos recuerda que la mente es simplemente el medio a través del cual el espíritu se expresa. Una mente alineada con el espíritu vive en paz y alegría, mientras que una mente que se ve a sí misma separada del espíritu se percibe débil y dividida. Este entendimiento nos lleva a la comprensión de que la verdadera felicidad y función de nuestra mente solo se encuentran en su unión con el espíritu.
Renunciando a la Separación
La lección nos llama a abandonar la noción de una mente separada del espíritu, reconociendo que tal división nos deja sintiéndonos impotentes y aislados. Nos urge a dejar de lado los conflictos que surgen de esta percepción errónea, recordándonos que la salvación no reside en hacer reales las ilusiones, sino en reconocer nuestra verdadera identidad como seres unificados con Dios.
En Busca del Pensamiento de Salvación
Nos guía a buscar dentro de nosotros el pensamiento de salvación, asegurado por el Espíritu Santo. A través de prácticas dedicadas, se nos invita a conectar con nuestro ser real, más allá de las ilusiones del ego, para redescubrir la paz y el propósito que viene de nuestra unión con el Creador.
La Salvación en la Unidad
La lección concluye con un poderoso recordatorio de que nuestra salvación yace en el reconocimiento de nuestro único Ser, compartiendo sus pensamientos con Dios. Al reafirmar esta verdad, liberamos nuestra mente de las ilusiones y nos abrimos a la verdadera función que nos fue dada por el Espíritu.
Conclusión: La Unidad como Camino a la Salvación
La Lección 96 de Un Curso de Milagros nos ofrece una visión transformadora: la salvación proviene de reconocer nuestra unidad indisoluble con el Creador, más allá de las falsas divisiones y conflictos. Nos anima a dedicar tiempo y esfuerzo para redescubrir nuestra verdadera identidad, asegurándonos que en esta búsqueda, no podemos fracasar. Este es un llamado a vivir desde la verdad de nuestro ser unificado, encontrando en ella la paz y la libertad verdaderas.