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Un Curso de Milagros Lección 83

Un Curso de Milagros Lección 83: Unión de propósito y felicidad

Lección 83 UCDM

Hoy repasamos estas ideas:


Mi Única Función es la que Dios me dio

No tengo otra función salvo la que Dios me dio. Este reconocimiento me libera de todo conflicto porque significa que no puedo tener metas conflictivas. Al tener un solo propósito, siempre estoy seguro de lo que debo hacer, de lo que debo decir y de lo que debo pensar. Cualquier duda no puede sino desaparecer cuando reconozco que mi única función es la que Dios me dio.


Aplicación Práctica de la Función Divina

Las aplicaciones más concretas de esta idea podrían hacerse con las siguientes variaciones: Mi percepción de esto no altera mi función. Esto no me confiere una función distinta de la que Dios me dio. No me valdré de esto para justificar una función que Dios no me dio.


Mi Función y mi Felicidad son Una

Todas las cosas que proceden de Dios son una. Proceden de la Unicidad y tienen que ser recibidas como una sola. Desempeñar mi función es mi felicidad porque ambas cosas proceden de la misma Fuente. Y debo aprender a reconocer lo que me hace feliz, si es que he de encontrar la felicidad.


Variaciones para la Integración de Función y Felicidad

Algunas variaciones útiles para aplicar concretamente esta idea podrían ser: Esto no puede separar mi felicidad de mi función. La unidad que existe entre mi felicidad y mi función no se ve afectada en modo alguno por esto. Nada, incluido esto, puede justificar la ilusión de que puedo ser feliz si dejo de cumplir mi función.


Reflexiones sobre la Lección 83 de Un Curso de Milagros: Unificación de Propósito y Alegría

Descubriendo Nuestra Verdadera Función

La Lección 83 de Un Curso de Milagros nos sumerge en la reflexión profunda sobre la importancia de reconocer y vivir nuestra función tal como fue designada por Dios. Esta lección nos aclara que tenemos solo una función en este mundo, la cual nos es dada por Dios mismo. Al aceptar esta verdad, nos liberamos de conflictos internos y dudas, ya que no existen metas conflictivas cuando se sigue el camino divino. Este reconocimiento nos lleva a una vida de claridad y propósito, asegurándonos que lo que debemos hacer, decir y pensar nos guiará siempre hacia la paz.

Aplicando Nuestro Propósito en la Vida Diaria

A través de variaciones prácticas, la Lección 83 nos enseña cómo mantenernos fieles a nuestra función divina, incluso cuando enfrentamos situaciones que podrían parecer alterar nuestra percepción o justificar un desvío de nuestro verdadero propósito. Estas aplicaciones nos recuerdan que nuestra percepción no cambia nuestra función y que no debemos usar circunstancias externas para justificar una desviación del camino que Dios nos ha asignado.

La Felicidad como Extensión de Nuestra Función

Profundizando aún más, esta lección nos revela que nuestra función y nuestra felicidad son inseparables. Procediendo ambas de la misma fuente divina, realizar nuestra función es, en esencia, la clave para encontrar nuestra verdadera felicidad. Este concepto nos invita a reflexionar sobre la unificación de nuestra existencia: al cumplir con lo que Dios nos ha encomendado, naturalmente encontramos alegría, satisfacción y paz.

Integración de Función y Felicidad en Nuestro Ser

Las variaciones específicas para aplicar esta idea refuerzan la inseparabilidad de nuestra felicidad y nuestra función. Nos motivan a ver cada situación como una oportunidad para afirmar nuestro propósito y alegría, recordándonos que nada, ni siquiera los desafíos o los obstáculos, puede desvincular nuestra función de nuestra felicidad. Este entendimiento nos protege de las ilusiones que sugieren que podemos encontrar alegría fuera de nuestro propósito divino.

Conclusión: Camino Hacia la Autenticidad

La Lección 83 de Un Curso de Milagros es una invitación a alinear nuestra vida con el propósito que Dios nos ha dado, descubriendo que en esta alineación yace nuestra auténtica felicidad. Nos enseña que al vivir nuestra verdadera función, no solo encontramos la paz y la claridad, sino que también abrazamos la felicidad como nuestra experiencia constante. Esta lección es un recordatorio poderoso de que, al seguir el camino que se nos ha designado, nos abrimos a una vida plena, significativa y jubilosa, liberándonos de las cadenas del conflicto y la duda.

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