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Un Curso de Milagros Lección 64

Un Curso de Milagros Lección 64: Perdón y Elección

Lección 64 UCDM

Que no me olvide de mi función


Resistencia a la Tentación

La idea de hoy es simplemente otra manera de decir: “No me dejes caer en la tentación”. El propósito del mundo que ves es nublar tu función de perdonar y proveerte de una justificación por haberte olvidado de ella. Es asimismo la tentación de abandonar a Dios y a Su Hijo adquiriendo una apariencia física. Esto es lo que los ojos del cuerpo ven.


El Propósito del Cuerpo y el Espíritu Santo

Nada de lo que los ojos del cuerpo parecen ver puede ser otra cosa que una forma de tentación, ya que ese fue el propósito del cuerpo en sí. Hemos aprendido, no obstante, que el Espíritu Santo tiene otro uso para todas las ilusiones que tú has forjado y, por lo tanto, ve en ellas otro propósito. Para el Espíritu Santo el mundo es un lugar en el que aprendes a perdonarte a ti mismo lo que consideras son tus pecados. De acuerdo con esta percepción, la apariencia física de la tentación se convierte en el reconocimiento espiritual de la salvación.


Reafirmación de Nuestra Función

Al repasar nuestras últimas lecciones, vemos que tu función aquí es ser la luz del mundo y que es una función que Dios Mismo te dio. La arrogancia del ego es lo único que te hace poner esto en duda, y el miedo que le tienes, lo único que te induce a considerarte indigno de la tarea que Dios Mismo te encomendó. La salvación del mundo aguarda tu perdón porque a través de él el Hijo de Dios se libera de todas las ilusiones y, por ende, de toda tentación. El Hijo de Dios eres tú.


La Felicidad en Cumplir Nuestra Función

Solo desempeñando la función que Dios te dio podrás ser feliz. Esto se debe a que tu función es ser feliz valiéndote de los medios mediante los cuales la felicidad se vuelve inevitable. No hay otra manera. Por lo tanto, cada vez que eliges entre si desempeñar o no tu función, estás en realidad eligiendo entre ser feliz o no serlo.


Elección entre Felicidad e Infelicidad

Recordemos esto hoy. Tengámoslo presente por la mañana, por la noche y también a lo largo del día. Prepárate de antemano para todas las decisiones que tengas que tomar hoy, recordando que todas ellas son en realidad muy simples. Cada una te conducirá ya sea a la felicidad o a la infelicidad. ¿Puede ser acaso difícil tomar una decisión tan simple? No permitas que la forma de la decisión te engañe. Complejidad en lo relativo a la forma no implica complejidad en lo relativo al contenido. Es imposible que el contenido de cualquier decisión aquí en la tierra se componga de cualquier otra cosa que no sea esta simple elección. Ésta es la única elección que el Espíritu Santo ve. Por lo tanto, es la única elección que existe.


Práctica Diaria de Recordatorio

Practiquemos hoy, pues, con estos pensamientos: Que no me olvide de mi función. Que no trate de substituir la que Dios me dio por la mía. Quiero perdonar y ser feliz. Por lo menos una vez hoy, dedica diez o quince minutos a reflexionar acerca de esto con los ojos cerrados. Pensamientos afines acudirán en tu ayuda si recuerdas cuán crucial es tu función para ti y para el mundo.


Concentración en la Función

En las aplicaciones frecuentes de la idea de hoy a lo largo del día, dedica varios minutos a repasar estos pensamientos y luego a pensar en ellos y en nada más. Esto te resultará difícil, sobre todo al principio, ya que aún no tienes la disciplina mental que ello requiere. Tal vez necesites repetir: “Que no me olvide de mi función” con bastante frecuencia para que te ayude a concentrarte.


Variaciones en la Práctica

Hoy se requieren dos variaciones de las sesiones de práctica más cortas. Haz los ejercicios con los ojos cerrados algunas veces, tratando de concentrarte en los pensamientos que estés usando. En otras, mantén los ojos abiertos una vez que hayas repasado los pensamientos, y luego mira a tu alrededor lenta e imparcialmente, repitiendo para tus adentros: «Éste es el mundo que es mi función salvar.»


Reflexiones sobre la Lección 64 de Un Curso de Milagros: Manteniendo Presente Nuestra Función

Comprender la Tentación y la Función

La Lección 64 de Un Curso de Milagros, titulada «Que no me olvide de mi función», nos invita a reflexionar sobre cómo las distracciones del mundo pueden desviarnos de nuestra verdadera función. Esta lección nos recuerda que el mundo físico y sus tentaciones son una ilusión que oscurece nuestra función esencial de perdonar. El perdón aquí no es solo un acto de clemencia hacia los demás, sino un camino para reconectarnos con nuestra verdadera naturaleza espiritual y con Dios.

El Mundo a Través de los Ojos del Espíritu

La lección aborda la dualidad de la percepción: cómo los ojos del cuerpo ven el mundo como un lugar de tentación, mientras que el Espíritu Santo lo ve como un espacio para aprender a perdonar. Este cambio de percepción transforma las tentaciones en oportunidades de salvación. Al perdonar, reinterpretamos las situaciones que antes veíamos como pecados o errores, dándoles un nuevo significado que conduce a la liberación espiritual.

Reconociendo Nuestra Función Divina

Nos recuerda que nuestra función de ser la luz del mundo es un regalo divino. Enfrentamos la tentación del ego, que nos hace dudar de nuestra capacidad y merecimiento para cumplir esta función. Sin embargo, al aceptar y practicar el perdón, nos liberamos de estas ilusiones y aceptamos nuestro papel crucial en la salvación del mundo, recordando que somos uno con el Hijo de Dios.

La Felicidad en el Cumplimiento de Nuestra Función

La lección subraya que la verdadera felicidad proviene de cumplir con nuestra función divina. Cada elección que hacemos nos lleva a la felicidad o a la infelicidad, y al elegir el perdón y el amor, optamos por la felicidad. Nos insta a recordar constantemente que nuestra elección más profunda es entre el perdón y la felicidad o el olvido de nuestra función y la infelicidad.

Práctica y Recordatorio Diario

Se nos anima a practicar diariamente el recordatorio de nuestra función. Al tomar decisiones, debemos tener en cuenta si estas nos llevan a cumplir nuestra función y a la felicidad, o si nos alejan de ella. La lección propone ejercicios prácticos para mantener esta conciencia, sugiriendo momentos de reflexión y de mirada consciente al mundo, recordando siempre que nuestra función es salvarlo.

Conclusión: Elección entre Dos Mundos

La Lección 64 nos enseña que estamos constantemente eligiendo entre dos mundos: el mundo de la tentación y el olvido, y el mundo del perdón y la salvación. A través de nuestra práctica y elección consciente de recordar y cumplir nuestra función, elegimos el mundo que queremos ver y experimentar. Esta lección nos ofrece una guía práctica para vivir de manera más alineada con nuestra verdadera naturaleza y propósito.

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