Lección 95 UCDM
Soy un solo Ser, unido a mi Creador
Identidad Divina Revelada
La idea de hoy te describe exactamente tal como Dios te creó. Eres uno solo en ti mismo y uno solo con Él. Tuya es la unidad de toda la Creación. Tu perfecta unidad hace imposible que se produzca cambio alguno en ti. No aceptas esto, ni te das cuenta de que no puede sino ser verdad, debido únicamente a que crees que ya has efectuado un cambio en ti.
La Falsa Percepción de Nosotros Mismos
Crees ser una ridícula parodia de la Creación de Dios: débil, perverso, lleno de fealdad y de pecado, abatido por la miseria y agobiado por el dolor. Tal es la versión que tienes de ti mismo: un ser dividido en muchas partes conflictivas y separadas de Dios que a duras penas se mantienen unidas por su errático y caprichoso hacedor, a quien rezas. Él no oye tus rezos, pues es sordo. No ve tu unidad, pues es ciego. No entiende que tú eres el Hijo de Dios, pues es insensato y no comprende nada.
Conciencia del Ser Unificado
Hoy trataremos de ser conscientes únicamente de lo que puede oír y ver, y tiene perfecto sentido. Una vez más, la meta de nuestros ejercicios será llegar hasta tu único Ser, el Cual está unido a Su Creador. Con paciencia y esperanza, hoy volveremos a tratar de llegar hasta Él.
Práctica en Intervalos Cortos
Dedicar los primeros cinco minutos de cada hora de vigilia a practicar la idea del día ofrece ciertas ventajas en la etapa de aprendizaje en la que te encuentras ahora. Es muy difícil a estas alturas evitar que la mente divague si es sometida a largos períodos de práctica. Seguramente ya te habrás percatado de esto. Has visto cuán grande es tu falta de disciplina mental y la necesidad que tienes de entrenar tu mente. Es necesario que reconozcas esto, pues ciertamente supone un obstáculo para tu progreso.
Ventajas de las Sesiones Más Cortas
Las sesiones de práctica más cortas y más frecuentes te ofrecen otras ventajas en este momento. Además de haber reconocido cuán difícil te resulta mantener tu atención fija por largos intervalos, tienes también que haber notado que, a no ser que se te recuerde frecuentemente tu propósito, tiendes a olvidarte de él por largos períodos de tiempo. A menudo te olvidas de llevar a cabo las aplicaciones cortas de la idea del día, y aún no has formado el hábito de utilizar la idea como respuesta automática a cualquier tentación.
Estructura y Regularidad en la Práctica
Es necesario, pues, que a estas alturas dispongas de cierta estructura en la que se incluyen recordatorios frecuentes de tu objetivo e intentos regulares de alcanzarlo. La regularidad en cuanto al horario no es el requisito ideal para la forma más beneficiosa de practicar la salvación. No obstante, es algo ventajoso para aquellos cuya motivación es inconsistente y cuyas defensas contra el aprendizaje son todavía muy fuertes.
Compromiso con la Práctica Continuada
Continuaremos, por lo tanto, con nuestras sesiones de práctica de cinco minutos cada hora por algún tiempo, y se te exhorta a que omitas las menos posibles. Utilizar los primeros cinco minutos de cada hora te resultará especialmente útil, ya que ello impone una estructura más firme. No obstante, no utilices tus desviaciones de este horario como una excusa para no volver a adherirte a él tan pronto como puedas. Puede que te sientas tentado a considerar el día como perdido simplemente porque dejaste de hacer lo que se requería de ti. Esto, no obstante, se debe reconocer sencillamente como lo que es: una renuencia por tu parte a permitir que el error sea corregido y una falta de buena voluntad para volver a intentarlo.
Superando Errores con Aceptación
Tus errores no pueden hacer que el Espíritu Santo se demore en impartir Sus enseñanzas. Sólo tu renuencia a desprenderte de ellos puede hacerlo. Resolvamos, por consiguiente, especialmente durante los próximos siete u ocho días, estar dispuestos a perdonarnos a nosotros mismos por nuestra falta de diligencia y por no seguir al pie de la letra las instrucciones que se nos dan para practicar la idea del día. Esta tolerancia con la debilidad nos permitirá pasarla por alto, en lugar de otorgarle el poder de demorar nuestro aprendizaje. Si le otorgamos ese poder, creeremos que es fortaleza, y estaremos confundiendo la fortaleza con la debilidad.
Corrección de Errores sin Juicio
Cuando no cumples con los requisitos de este curso, estás simplemente cometiendo un error. Y lo único que ello requiere es corrección, nada más. Permitir que el error siga repitiéndose es cometer errores adicionales, que se basan en el primero y que lo refuerzan. Éste es el proceso que debes dejar a un lado, pues no es sino otra manera de defender las ilusiones contra la verdad.
Reconocimiento de la Unidad
Deja atrás todos estos errores reconociéndolos simplemente como lo que son: intentos de mantener alejado de tu conciencia el hecho de que eres un solo Ser, unido a tu Creador, uno con cada aspecto de la Creación y dotado de una paz y un poder infinitos. Esa es la verdad y nada más lo es. Hoy volveremos a afirmar esta verdad y a tratar de llegar a aquel lugar en ti donde no existe la menor duda de que sólo eso es verdad.
Afirmación de Identidad Divina
Comienza las sesiones de práctica de hoy con la siguiente garantía y ofrécesela a tu mente con toda la certeza que puedas hacer acopio: Soy un solo Ser, unido a mi Creador, uno con cada aspecto de la Creación, dotado de una paz y un poder infinitos. Luego cierra los ojos y repítela otra vez para tus adentros, lentamente y a conciencia, tratando de dejar que el significado de las palabras penetre en tu mente y reemplace todas tus falsas ideas: Soy un solo Ser. Repite esto varias veces y luego trata de experimentar el significado que las palabras transmiten.
Vivir en la Unidad y la Luz
Eres un solo Ser, unificado y a salvo en la luz, la dicha y la paz. Eres el Hijo de Dios, un solo Ser, con un solo Creador y un solo objetivo: llevar a todas las mentes la toma de conciencia de esta unidad, de manera que la verdadera creación pueda extender la Totalidad y Unidad de Dios. Eres un solo Ser, completo, sano y pleno, con el poder de levantar el velo de tinieblas que se abate sobre el mundo y dejar que la luz que mora en ti resplandezca a fin de enseñarle a éste la verdad de lo que eres.
Armonía y Verdad Eterna
Eres un solo Ser, en perfecta armonía con todo lo que existe y con todo lo que por siempre existirá. Eres un solo Ser, el santo Hijo de Dios, unido a tus hermanos en ese Ser y unido a tu Padre en Su Voluntad. Siente a este único Ser en ti, y deja que Su resplandor disipe todas tus ilusiones y dudas. Éste es tu Ser, el Hijo de Dios Mismo, impecable como Su Creador, Cuya Fortaleza mora en ti y Cuyo Amor es eternamente tuyo. Eres un solo Ser, y se te ha concedido poder sentir este Ser dentro de ti y expulsar todas tus ilusiones fuera de la única Mente que es ese Ser, la santa verdad en ti.
Compromiso Diario con la Unidad
No te olvides hoy. Necesitamos tu ayuda, el pequeño papel que te corresponde desempeñar para brindar felicidad a todo el mundo. Y el Cielo te contempla sabiendo que hoy lo intentarás. Comparte, por lo tanto, su certeza con él, pues es tuya. Mantente alerta. No te olvides hoy. Recuerda tu objetivo a lo largo del día. Repite la idea de hoy tan a menudo como puedas, comprendiendo que cada vez que lo haces, alguien oye la voz de la esperanza, el alborear de la verdad en su mente y el ligero batir de las alas de la paz.
Llamado a la Unidad
Tu reconocimiento de que eres un solo Ser, unido a tu Padre, es un llamamiento a todo el mundo para que se una a ti. Asegúrate de extender la promesa de la idea de hoy a todo aquel con quien te encuentres en este día diciéndole: Tú y yo somos un solo Ser, unidos a nuestro Creador en este Ser. Te honro por razón de lo que soy y de lo que es Aquel que nos ama a ambos cual Uno.
Reflexiones sobre la Lección 95 de Un Curso de Milagros: Unidad con el Creador
Unidad Divina: La Verdad de Nuestro Ser
La Lección 95 de Un Curso de Milagros nos invita a reconocer y aceptar una verdad profunda y liberadora: somos un solo Ser, unidos inseparablemente a nuestro Creador. Este reconocimiento deshace la ilusión de separación, recordándonos que nuestra esencia es divina, pura, y eternamente unificada con Dios y toda la Creación.
Desmantelando las Ilusiones de Separación
Frecuentemente, nos vemos a nosotros mismos como seres fragmentados, luchando con debilidades percibidas y errores. Sin embargo, esta percepción está basada en una falsa creencia de separación de Dios. La lección nos desafía a soltar estas creencias erróneas y a comprender que cualquier error es simplemente una oportunidad para la corrección y el retorno a nuestra identidad verdadera.
Conciencia de Nuestra Unidad Inalterable
Al enfocarnos en la idea de que somos un solo Ser unido a nuestro Creador, comenzamos a ver más allá de las diferencias y conflictos superficiales que parecen dividirnos. Esta conciencia nos lleva a experimentar una paz y un poder infinitos, recordándonos que somos parte de un todo mucho más grande, eterno y perfecto.
Practicando la Presencia de Unidad
La lección sugiere prácticas concretas para ayudarnos a internalizar este entendimiento. Dedicar los primeros cinco minutos de cada hora a recordar y afirmar nuestra unidad con Dios es una herramienta poderosa para entrenar nuestra mente hacia la verdad, superando la tendencia al olvido y la distracción.
Superando la Resistencia y Aceptando la Corrección
Reconocer nuestros errores sin juicio y estar dispuestos a corregirlos es esencial para avanzar en nuestro camino espiritual. La lección nos anima a ser pacientes y tolerantes con nosotros mismos, comprendiendo que nuestra resistencia y olvido son parte del proceso de aprendizaje y no razones para desanimarnos.
La Verdad de Nuestra Existencia Infinita
Al afirmar nuestra identidad divina, nos abrimos a experimentar directamente la luz, la dicha y la paz que son nuestras por derecho divino. Somos llamados a vivir desde este lugar de unidad, extendiendo esta comprensión a cada encuentro y situación, reconociendo la presencia de Dios en nosotros y en los demás.
Un Llamado a la Acción Consciente
La lección 95 no solo es un llamado a la reflexión interna, sino también a la acción en el mundo. Al recordar nuestra unidad con el Creador y con toda la Creación, asumimos un papel activo en la extensión de la paz, la luz y el amor, contribuyendo a la sanación colectiva y al despertar espiritual de la humanidad.
Conclusión: Vivir Desde la Unidad
La Lección 95 de Un Curso de Milagros es una invitación a vivir desde un lugar de unidad profunda con nuestro Creador y con todo lo que existe. Al aceptar esta verdad, transformamos nuestra percepción del mundo y de nosotros mismos, abriendo el camino hacia una experiencia de vida más plena, pacífica y poderosa, en armonía con la Voluntad Divina.