Lección 63 UCDM
La luz del mundo brinda paz a todas las mentes a través de mi perdón
Tu Poder para Brindar Paz
¡Cuán santo eres que tienes el poder de brindar paz a todas las mentes! ¡Cuán bendito eres que puedes aprender a reconocer los medios por los que esto se puede lograr a través de ti! ¿Qué otro propósito podrías tener que pudiese brindarte mayor felicidad?
La Importancia de tu Función
Ciertamente eres la luz del mundo con semejante función. El Hijo de Dios apela a ti para su redención. En tus manos está poder concedérsela porque te pertenece. No aceptes en su lugar ningún propósito trivial ni ningún deseo insensato, o te olvidarás de tu función y dejarás al Hijo de Dios en el infierno. No se te está haciendo una petición vana. Se te está pidiendo que aceptes la salvación, para que así la puedas dar.
Recordando Nuestra Función
Puesto que reconocemos la importancia de esta función, estaremos más que dispuestos a recordarla tan a menudo como nos sea posible a lo largo del día. Empezaremos el día reconociendo nuestra función y lo concluiremos pensando en ella. Repetiremos lo siguiente tantas veces como nos sea posible en el transcurso del día: «La luz del mundo brinda paz a todas las mentes a través de mi perdón. Soy el instrumento que Dios ha designado para la salvación del mundo.»
Practicando la Reflexión
Si cierras los ojos probablemente te resultará más fácil dejar que acudan a tu mente pensamientos afines, durante el minuto o dos que debes dedicar a reflexionar sobre esto. No obstante, no esperes a que se presente tal oportunidad. No se debe perder ni una sola ocasión para reforzar la idea de hoy. Recuerda que el Hijo de Dios apela a ti para su salvación. ¿Y quién sino tu Ser es el Hijo de Dios?
Reflexión sobre la Lección 63 de Un Curso de Milagros: La Paz a Través del Perdón
Descubriendo el Poder del Perdón
La Lección 63 de Un Curso de Milagros nos lleva a la comprensión de que «La luz del mundo brinda paz a todas las mentes a través de mi perdón». Esta lección subraya la importancia del perdón como un acto no solo de liberación para otros, sino también como un medio de traer paz y luz a nosotros mismos y al mundo. Aquí, el perdón es visto como una función sagrada, una responsabilidad esencial que tenemos para con nosotros mismos y los demás.
Tu Función Como Portador de Luz
Esta lección nos enseña que al perdonar, nos convertimos en la luz del mundo. Nos muestra que cada uno de nosotros tiene un papel crucial en la redención del Hijo de Dios, que somos todos nosotros colectivamente. Nos advierte contra la distracción de propósitos triviales y deseos insensatos, recordándonos que nuestra verdadera función es mucho más significativa y trascendental: la de ser portadores de paz y salvación.
La Importancia de Recordar Nuestro Propósito
La lección enfatiza la necesidad de recordar constantemente nuestra función divina a lo largo del día. Se nos anima a comenzar y terminar el día con el reconocimiento de nuestra función como portadores de paz y luz. Al mantener esta función en mente, nos alineamos más estrechamente con nuestro propósito verdadero y con la voluntad de Dios.
Práctica Continua para Reforzar el Perdón
Se nos anima a practicar la reflexión sobre nuestra función de perdón regularmente. Cerrar los ojos y permitir que pensamientos relacionados acudan a nuestra mente ayuda a profundizar en la comprensión de nuestra función. Esta práctica continua es vital para reforzar la idea de que somos el instrumento de Dios para la salvación del mundo, y que a través de nuestro perdón, la luz y la paz se extienden a todas las mentes.
Conclusión: La Unificación con el Ser Divino
En resumen, la Lección 63 de Un Curso de Milagros nos invita a reconocer y aceptar nuestra función como seres de luz, capaces de brindar paz a través del perdón. Al hacerlo, no solo transformamos nuestras propias vidas, sino que también contribuimos al bienestar colectivo, reconociendo nuestra unidad con el Hijo de Dios. Esta lección es un poderoso recordatorio de nuestro potencial para crear un cambio positivo en nosotros mismos y en el mundo.