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Un Curso de Milagros Lección 61

Un Curso de Milagros Lección 61: Luz Brillando en la Oscuridad

Lección 61 UCDM

Soy la luz del mundo


Afirmación de Verdad

¿Quién es la luz del mundo sino el Hijo de Dios? Por lo tanto, esto no es más que una afirmación de la verdad acerca de ti. Es lo opuesto a una afirmación de orgullo, de arrogancia o de autoengaño. No describe el concepto que has forjado de ti mismo. No se refiere a ninguna de las características con las que has dotado a tus ídolos. Se refiere a ti tal como fuiste creado por Dios. Expresa simplemente la verdad.


El Ego y la Humildad

Para el ego, la idea de hoy es el epítome de la autoglorificación. Pero el ego no sabe lo que es la humildad y la confunde con la autodegradación. La humildad consiste en aceptar el papel que te corresponde en la salvación y en no aceptar ningún otro. No es humildad insistir en que no puedes ser la luz del mundo si esa es la función que Dios Mismo te asignó. Es solo la arrogancia la que afirmaría que esa no puede ser tu función, y la arrogancia es siempre algo propio del ego.


Aceptación de la Verdad

La verdadera humildad requiere que aceptes la idea de hoy porque es la Voz de Dios la que te dice que es verdad. Este es uno de los primeros pasos en el proceso de aceptar tu verdadera función en la tierra. Es un paso gigantesco que te conducirá al lugar que te corresponde ocupar en la salvación. Es una aseveración categórica de tu derecho a la salvación y un reconocimiento del poder que se te ha otorgado para salvar a otros.


Reflexión y Propósito

Debes reflexionar hoy acerca de esta idea tan a menudo como puedas. Es la respuesta perfecta a todas las ilusiones y, por ende, a toda tentación. La idea de hoy lleva todas las imágenes que has forjado de ti mismo ante la verdad y te ayuda a seguir adelante en paz, sin agobios y seguro de tu propósito.


Práctica y Función

Hoy se deben llevar a cabo tantas sesiones de práctica como sea posible, aunque no es necesario que ninguna exceda uno o dos minutos de duración. Debes empezar cada sesión de práctica diciéndote a ti mismo: «Soy la luz del mundo. Ésa es mi única función. Por eso es por lo que estoy aquí.» Piensa entonces en estas afirmaciones por unos breves momentos, preferiblemente con los ojos cerrados si las circunstancias lo permiten. Deja que te vengan a la mente unas cuantos pensamientos afines y, si observas que tu mente se aparta del tema central, repite la idea de hoy para tus adentros.


Inicio y Finalización del Día

Asegúrate de comenzar y finalizar el día con una sesión de práctica. De este modo, te despertarás reconociendo la verdad acerca de ti mismo, la reforzarás a lo largo del día y te irás a dormir reafirmando tu función y el único propósito que tienes aquí. Estas dos sesiones de práctica pueden ser más largas que las demás si te resultan útiles y deseas extenderlas.


Más Allá del Ego

La idea de hoy va mucho más allá de la mezquina opinión que el ego tiene de ti y de tu propósito. Como portador de la salvación que eres, esto es obviamente necesario. Este es el primero de una serie de pasos gigantescos que vamos a dar durante las próximas semanas. Trata de empezar hoy a sentar las bases para estos avances. Eres la luz del mundo. Dios ha edificado sobre ti Su plan para la salvación de Su Hijo.


Reflexiones sobre la Lección 61 de Un Curso de Milagros: La Revelación de Ser la Luz del Mundo

Introducción a la Lección 61

La Lección 61 de Un Curso de Milagros se centra en la afirmación: «Soy la luz del mundo». Esta declaración no es solo una expresión de autoconfianza o autoimportancia, sino una profunda realización de nuestra verdadera naturaleza según el curso. La idea aquí es reconocer que somos mucho más que nuestras limitadas percepciones y los roles que el mundo y nosotros mismos nos hemos asignado. Esta lección invita a reflexionar sobre nuestra identidad más allá del ego, entendiendo que cada uno de nosotros lleva dentro una luz innata, un reflejo del amor y la creación divina.

Desmontando el Ego

Uno de los puntos clave de esta lección es la diferenciación entre el ego y nuestra verdadera esencia. El ego puede interpretar la idea de ser la luz del mundo como una forma de autoglorificación o arrogancia. Sin embargo, el curso nos guía a entender que reconocer nuestra luz interior no es un acto de soberbia, sino de humildad. La humildad verdadera según «Un Curso de Milagros» radica en aceptar nuestra función divina asignada, en vez de menospreciar o negar nuestras capacidades y nuestro valor inherente.

Aceptación de Nuestra Función en la Salvación

La lección nos enseña que aceptar que somos la luz del mundo es un paso crucial en el reconocimiento de nuestra función en la salvación, tanto personal como colectiva. No se trata de un mero ejercicio de autoafirmación, sino de una apertura a una verdad más profunda que nos conecta con una misión más grande que nosotros mismos. Esta aceptación nos lleva a reconocer el poder y la responsabilidad que tenemos para con nosotros mismos y hacia los demás, en términos de contribuir a un bien mayor.

Práctica y Propósito

La lección sugiere prácticas de reflexión y meditación, enfocándose en la idea central. Estas prácticas no solo sirven para reforzar el concepto, sino para integrarlo en nuestra vida diaria. Al repetir y meditar sobre la afirmación «Soy la luz del mundo», comenzamos a desplazar viejas creencias y patrones de pensamiento que nos limitan, abriendo paso a una perspectiva más liberadora y empoderadora sobre nosotros mismos y nuestro propósito en la vida.

Conclusión: Más Allá del Ego

En resumen, la Lección 61 de Un Curso de Milagros, nos invita a ir más allá de la percepción limitada que el ego tiene de nosotros mismos. Nos anima a reconocer y aceptar nuestra verdadera naturaleza como seres de luz, con un propósito divino y una función importante en el mundo. Al hacerlo, no solo nos transformamos a nosotros mismos, sino que también contribuimos a una visión más elevada y amorosa del mundo que nos rodea.

Esta lección, como muchas otras en «Un Curso de Milagros», nos ofrece una perspectiva transformadora, desafiando nuestras creencias habituales y abriendo un camino hacia una comprensión más profunda de nuestra identidad y propósito.

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