Lección 57 UCDM
Repasemos hoy las siguientes ideas:
No soy víctima del mundo que veo
¿Cómo puedo ser la víctima de un mundo que podría quedar completamente deshecho si así lo eligiese? Mis cadenas están sueltas. Puedo desprenderme de ellas sólo con desearlo. La puerta de la prisión está abierta. Puedo marcharme en cualquier momento sólo con echar a andar. Nada me retiene en este mundo. Sólo mi deseo de permanecer aquí me mantiene prisionero. Quiero renunciar a mis desquiciados deseos y caminar por fin hacia la luz.
He inventado el mundo que veo
Yo mismo erigí la prisión en la que creo encontrarme. Basta con que reconozca esto y quedo libre. Me he engañado a mí mismo al creer que era posible aprisionar al Hijo de Dios. He estado terriblemente equivocado al creer esto y ya no quiero seguir creyéndolo más. El Hijo de Dios no puede sino ser libre eternamente. Es tal como Dios lo creó y no lo que yo he querido hacer de él. El Hijo de Dios se encuentra donde Dios quiere que esté y no donde yo quise mantenerlo prisionero.
Hay otra manera de ver el mundo
Dado que el propósito del mundo no es el que yo le he asignado, tiene que haber otra manera de verlo. Veo todo al revés y mis pensamientos son lo opuesto a la verdad. Veo el mundo como una prisión para el Hijo de Dios. Debe ser, pues, que el mundo es realmente un lugar donde él puede ser liberado. Quiero contemplar el mundo tal como es y verlo como un lugar donde el Hijo de Dios encuentra su libertad.
Podría ver paz en lugar de esto
Cuando vea el mundo como un lugar de libertad, me daré cuenta de que refleja las Leyes de Dios en lugar de las reglas que yo inventé para que él obedeciera. Comprenderé que es la paz, no la guerra, lo que mora en él. Y percibiré asimismo que la paz mora también en los corazones de todos los que comparten este lugar conmigo.
Mi mente es parte de la de Dios. Soy muy santo
A medida que comparto la paz del mundo con mis hermanos empiezo a comprender que esa paz brota de lo más profundo de mí mismo. El mundo que contemplo ha quedado iluminado con la luz de mi perdón, y me la devuelve reflejándola sobre mí. En esta luz empiezo a ver lo que mis ilusiones acerca de mí mismo ocultaban. Empiezo a comprender la santidad de todo ser vivo, incluyéndome a mí mismo, y su unidad conmigo.
Reflexiones sobre la Lección 57 de Un Curso de Milagros: La Liberación de Nuestra Percepción
Introducción a la Lección 57
La Lección 57 de Un Curso de Milagros nos invita a reconsiderar cómo interpretamos nuestro mundo y a nosotros mismos. Se enfoca en el poder de cambiar nuestras percepciones y liberarnos de las falsas creencias que nos mantienen atrapados en el sufrimiento y la limitación.
Superando la Mentalidad de Víctima
«No soy víctima del mundo que veo.» Esta parte de la lección desafía la idea de que estamos atrapados o victimizados por el mundo que nos rodea. Nos recuerda que tenemos el poder de cambiar nuestra experiencia y liberarnos de las cadenas autoimpuestas de nuestras propias creaciones mentales. Reconoce que la verdadera libertad se encuentra en nuestra capacidad para elegir una perspectiva diferente.
Asumiendo la Responsabilidad de Nuestra Realidad
«He inventado el mundo que veo.» Aquí se nos recuerda que somos los arquitectos de nuestra propia realidad. La lección subraya que la percepción de estar atrapados es una ilusión que nosotros mismos hemos creado. Nos anima a reconocer nuestro poder y a asumir la responsabilidad de liberarnos de nuestras propias construcciones mentales limitantes.
La Posibilidad de una Nueva Visión
«Hay otra manera de ver el mundo.» Esta idea nos invita a abrirnos a nuevas posibilidades y perspectivas. Nos alienta a cuestionar nuestras antiguas formas de ver el mundo y a considerar que podría haber una manera más amorosa, compasiva y verdadera de entender nuestra experiencia.
Encontrando Paz en una Nueva Percepción
«Podría ver paz en lugar de esto.» La lección nos insta a buscar la paz en lugar del conflicto. Nos muestra que al cambiar nuestra percepción, podemos transformar nuestra experiencia del mundo de un lugar de conflicto a uno de paz, reflejando así las verdaderas leyes del amor y la armonía.
Reconociendo Nuestra Conexión con lo Divino
«Mi mente es parte de la de Dios. Soy muy santo.» Esta sección nos recuerda nuestra inherente santidad y conexión con lo divino. Nos enseña que al compartir la paz y el amor con los demás, descubrimos la luz de la verdad en nosotros mismos y reconocemos la unidad y santidad en todos los seres.
Conclusión: La Autoliberación a través del Cambio de Percepción
La Lección 57 de «Un Curso de Milagros» es una poderosa invitación a liberarnos de las percepciones limitantes y a abrazar nuestra verdadera identidad y poder. Nos guía hacia la comprensión de que somos libres de cambiar nuestra experiencia del mundo y de nosotros mismos a través de la elección consciente de una perspectiva más amorosa y conectada con nuestra verdadera naturaleza divina.
