He aquí la respuesta a cualquier problema que se te presente, hoy, mañana y a lo largo del tiempo. Crees que lo que te sustenta en este mundo es todo menos Dios. Has depositado tu fe en los símbolos más triviales y absurdos: en píldoras, dinero, ropa “protectora”, influencia, prestigio, caer bien, estar “bien” relacionado y en una lista interminable de cosas huecas y sin fundamento a las que dotas de poderes mágicos.
Los Substitutos Ineficaces del Amor de Dios
Todas esas cosas son tus substitutos del Amor de Dios. Todas esas cosas se atesoran para asegurar la identificación con el cuerpo. Son himnos de alabanza al ego. No deposites tu fe en lo que no tiene valor. No te sustentará.
Protección y Rescate a través del Amor Divino
Sólo el Amor de Dios te protegerá en toda circunstancia. Su Amor te rescatará de toda tribulación y te elevará por encima de todos los peligros que percibes en este mundo hasta un ambiente de paz y seguridad perfectas. Te llevará a un estado mental que no puede verse amenazado ni perturbado por nada, y en el que nada puede interrumpir la eterna calma del Hijo de Dios.
Rechazando las Ilusiones en Favor del Amor de Dios
No deposites tu fe en ilusiones. Te fallarán. Deposita toda tu fe en el Amor de Dios en ti: eterno, inmutable y por siempre indefectible. Ésta es la respuesta a todo problema que se te presente hoy. Por medio del Amor de Dios en ti puedes resolver toda aparente dificultad sin esfuerzo alguno y con absoluta confianza. Dite esto a ti mismo con frecuencia hoy. Es una declaración de que te has liberado de la creencia en ídolos. Es tu reconocimiento de la verdad acerca de ti.
Práctica de Concienciación y Paz
Durante diez minutos dos veces al día, una por la mañana y otra por la noche, deja que la idea de hoy se adentre muy hondo en tu conciencia. Repítela, reflexiona sobre ella, deja que pensamientos afines vengan a ayudarte a reconocer su verdad, y deja que la paz se extienda sobre ti como un manto de protección y seguridad. No permitas que ningún pensamiento vano o necio venga a perturbar la santa mente del Hijo de Dios. Tal es el Reino de los Cielos. Tal el lugar de descanso donde tu Padre te ubicó eternamente.
Reflexiones sobre la Lección 50 de Un Curso de Milagros: Sustentados por el Amor Divino
Introducción a la Lección 50
La Lección 50 de Un Curso de Milagros, titulada «El Amor de Dios es mi sustento», ofrece una perspectiva esclarecedora sobre lo que realmente nos sostiene en la vida. Esta lección es esencial para entender cómo el amor divino puede ser la base de nuestra existencia, en contraposición a los sustitutos materiales y efímeros a los que a menudo damos un valor excesivo.
Desmitificando los Sustitutos Mundanos
Esta lección desafía la creencia común de que nuestra supervivencia y bienestar dependen de factores externos como el dinero, la influencia social, o incluso nuestra salud física. Nos invita a reflexionar sobre cómo estos elementos, aunque importantes, pueden convertirse en falsos ídolos, desviándonos del verdadero sustento que es el amor de Dios.
La Verdadera Protección en el Amor Divino
Se enfatiza que solo el Amor de Dios nos ofrece protección real en todas las circunstancias. A diferencia de los sustitutos materiales, este amor es eterno e inmutable, capaz de elevarnos por encima de los desafíos y peligros percibidos en el mundo. Esta sección de la lección nos alienta a confiar en una fuente de fuerza y seguridad más profunda y confiable.
Rechazando las Ilusiones para Abrazar la Verdad
La lección nos insta a desviar nuestra fe de las ilusiones del mundo material y a centrarla en el amor incondicional de Dios. Reconoce que mientras más confiamos en lo efímero, más vulnerables nos volvemos a la decepción y al dolor. Por el contrario, al depositar nuestra fe en el amor divino, encontramos soluciones reales y duraderas a nuestros problemas.
Prácticas de Conciencia y Paz
Finalmente, la Lección 50 propone prácticas específicas para internalizar esta verdad. Se sugiere dedicar tiempo cada día para meditar sobre el amor divino, permitiendo que esta conciencia se profundice y extienda un manto de paz y seguridad sobre nosotros. Estos momentos de reflexión nos ayudan a reorientar nuestra mente hacia el Reino de los Cielos, un estado de ser en el que residimos eternamente en la presencia amorosa de Dios.
En resumen, la Lección 50 de Un Curso de Milagros nos invita a reconocer que nuestro verdadero sustento no se encuentra en los aspectos materiales y temporales del mundo, sino en el amor constante y eterno de Dios. Al centrarnos en esta poderosa verdad, podemos liberarnos de la dependencia en ídolos vacíos y encontrar una paz y seguridad que trascienden las circunstancias externas. Esta lección es una llamada a reorientar nuestras vidas hacia lo que realmente importa y a descubrir una fuente de fortaleza y consuelo que está siempre disponible para nosotros.
