Lección 45 UCDM
Dios es la Mente con la que pienso.
La idea de hoy es la llave que te dará acceso a tus pensamientos reales, los cuales no tienen nada que ver con lo que crees que piensas, de la misma manera en que nada de lo que piensas que ves guarda relación alguna con la visión. No existe ninguna relación entre lo que es real y lo que tú crees que es real. Ni uno solo de los que según tú son tus pensamientos reales se parece en modo alguno a tus pensamientos reales. Nada de lo que crees que ves guarda semejanza alguna con lo que la visión te mostrará.
La Conexión con la Mente de Dios
Piensas con la Mente de Dios. Por lo tanto, compartes tus pensamientos con Él, de la misma forma en que Él comparte los Suyos contigo. Son los mismos pensamientos porque los piensa la misma Mente. Compartir es hacer de manera semejante o hacer lo mismo. Los pensamientos que piensas con la Mente de Dios no abandonan tu mente porque los pensamientos no abandonan su fuente. Por consiguiente, tus pensamientos están en la Mente de Dios, al igual que tú. Están en tu mente también, donde Él está. Tal como tú eres parte de Su Mente, así también tus pensamientos son parte de Su Mente.
La Búsqueda de los Pensamientos Reales
¿Dónde están, entonces, tus pensamientos reales? Hoy intentaremos llegar a ellos. Tendremos que buscarlos en tu mente porque ahí es donde se encuentran. Aún tienen que estar ahí, ya que no pueden haber abandonado su fuente. Lo que la Mente de Dios ha pensado es eterno, al ser parte de la Creación.
Practicando la Verdad sobre la Realidad
Nuestras tres sesiones de práctica de hoy, de cinco minutos cada una, seguirán el mismo modelo general que usamos al aplicar la idea de ayer. Intentaremos abandonar lo irreal y buscar lo real. Negaremos el mundo en favor de la verdad. No permitiremos que los pensamientos del mundo nos detengan. No dejaremos que las creencias del mundo nos digan que lo que Dios quiere que hagamos es imposible. En lugar de ello, trataremos de reconocer que sólo aquello que Dios quiere que hagamos es posible.
La Voluntad de Dios como Nuestro Deseo
Trataremos asimismo de comprender que sólo lo que Dios quiere que hagamos es lo que nosotros queremos hacer. Y también trataremos de recordar que no podemos fracasar al hacer lo que Él quiere que hagamos. Tenemos hoy todas las razones del mundo para sentirnos seguros de que vamos a triunfar, pues ésa es la Voluntad de Dios.
Ejercicios Prácticos y la Intención del Corazón
Comienza los ejercicios de hoy repitiendo la idea para tus adentros, al mismo tiempo que cierras los ojos. Luego dedica unos cuantos minutos a pensar en ideas afines que procedan de ti, mientras mantienes la idea presente en tu mente. Una vez que hayas añadido cuatro o cinco de tus pensamientos a la idea, repite ésta otra vez mientras te dices a ti mismo suavemente: Mis pensamientos reales están en mi mente. Quiero encontrarlos. Trata luego de ir más allá de todos los pensamientos irreales que cubren la verdad en tu mente y de llegar a lo eterno.
La Eternidad de tus Pensamientos Reales
Debajo de todos los pensamientos insensatos e ideas descabelladas con las que has abarrotado tu mente, se encuentran los pensamientos que pensaste con Dios en el principio. Están ahí en tu mente, ahora mismo, completamente inalterados. Siempre estarán en tu mente, tal como siempre lo han estado. Todo lo que has pensado desde entonces cambiará, pero los cimientos sobre los que eso descansa son absolutamente inmutables.
El Altar Consagrado de la Práctica
Hacia esos cimientos es adonde apuntan los ejercicios de hoy. Ahí es donde tu mente está unida a la Mente de Dios. Ahí es donde tus pensamientos son uno con los Suyos. Para este tipo de práctica sólo se necesita una cosa: que tu actitud al llevarla a cabo sea la misma que tendrías ante un altar consagrado en el Cielo a Dios el Padre y a Dios el Hijo. Pues tal es el lugar al que estás intentando llegar. Probablemente no puedes darte cuenta todavía de cuán alto estás intentando elevarte. Sin embargo, aun con el poco entendimiento que has adquirido hasta la fecha, deberías ser capaz de recordarte a ti mismo que esto no es un juego fútil, sino un ejercicio de santidad y un intento de alcanzar el Reino de los Cielos.
La Santidad de la Mente
En las sesiones de práctica cortas de hoy, trata de recordar cuán importante es para ti comprender la santidad de la mente que piensa con Dios. Mientras repites la idea a lo largo del día, dedica uno o dos minutos a apreciar la santidad de tu mente. Deja a un lado, aunque sea brevemente, todos los pensamientos que son indignos de Aquél de Quien eres anfitrión. Y dale gracias por los pensamientos que Él está pensando contigo.
Descubriendo la Esencia de la Lección 45 de Un Curso de Milagros: La Mente de Dios y Tú
La Lección 45 de Un Curso de Milagros se titula «Dios es la Mente con la que pienso» y plantea algunas ideas profundas pero accesibles para aquellos interesados en explorar su propia conciencia y su relación con lo divino.
La Búsqueda de Pensamientos Reales
La Lección 45 nos desafía a cuestionar la autenticidad de nuestros pensamientos diarios. Se nos presenta la idea de que los pensamientos «verdaderos» están alineados con la Mente de Dios, y que nuestros pensamientos cotidianos, influenciados por el mundo exterior y nuestras percepciones, no son realmente nuestros «pensamientos reales».
Conectando con la Mente Divina
La lección sugiere que compartimos nuestros verdaderos pensamientos con Dios porque ambos pensamos con la «misma Mente». Esto establece una conexión directa entre nuestras mentes individuales y la Mente Divina, lo que puede ser una idea reconfortante y empoderadora para muchos. Implica que nuestros pensamientos más profundos y auténticos tienen un origen divino y, por lo tanto, no pueden ser algo negativo o dañino.
Ejercicios para Alcanzar la Verdad
Una parte clave de esta lección son los ejercicios de meditación recomendados. Estos ejercicios te invitan a cerrar los ojos y centrarte en la idea de que «Dios es la Mente con la que pienso». Este enfoque práctico es útil para cualquiera que busque una forma de aplicar estos conceptos abstractos a su vida diaria.
Los Cimientos Inmutables de Nuestros Pensamientos
La lección termina con la afirmación de que, a pesar de las distracciones y los pensamientos erróneos que podamos tener, nuestros verdaderos pensamientos, los que compartimos con la Mente de Dios, permanecen inalterados. Esto ofrece una especie de anclaje espiritual, una base sólida sobre la que podemos construir nuestra comprensión de nosotros mismos y del mundo.
Conclusión: La Lección 45 como Una Invitación a la Conciencia
En resumen, la Lección 45 de Un Curso de Milagros actúa como una invitación a explorar la profundidad de nuestros propios pensamientos y a considerar la posibilidad de que estén conectados con algo mucho más grande que nosotros mismos. Para aquellos que buscan una comprensión más profunda de su propia espiritualidad y conciencia, esta lección ofrece un punto de partida sólido y reflexivo.