Lección 30 UCDM
Dios está en todo lo que veo porque Dios está en mi mente.
La Importancia de la Idea de Hoy
La idea de hoy es el trampolín a la visión. Por medio de esta idea el mundo se abrirá ante ti, y al contemplarlo verás en él lo que nunca antes habías visto. Y lo que antes veías ya no será ni remotamente visible para ti.
Un Nuevo Tipo de Proyección
Hoy vamos a intentar un nuevo tipo de “proyección”. No vamos a tratar de deshacernos de lo que no nos gusta viéndolo fuera. En lugar de ello, trataremos de ver en el mundo lo que está en nuestras mentes, y lo que deseamos reconocer se encuentra ahí. Así pues, estamos tratando de unirnos a lo que vemos, en vez de mantenerlo separado de nosotros. Ésa es la diferencia fundamental entre la visión y tu manera de ver.
Aplicación Práctica
La idea de hoy debe aplicarse tan frecuentemente como sea posible a lo largo del día. Cada vez que tengas un momento, repítela lentamente para tus adentros, mirando a tu alrededor y tratando de comprender que la idea es aplicable a todo lo que ves ahora o podrías ver ahora si estuviese al alcance de tu vista.
Trascendiendo las Limitaciones Espaciales
La verdadera visión no está limitada por conceptos tales como “cerca” o “lejos”. Para que te vayas acostumbrando a esta idea, trata de pensar, a medida que aplicas la idea de hoy, en cosas que estén más allá de tu alcance visual, así como en aquellas que de hecho puedes ver.
Más Allá de la Percepción Física
La verdadera visión no sólo no está limitada por el espacio ni la distancia, sino que no depende en absoluto de los ojos del cuerpo. La mente es su única fuente. Como ayuda adicional para que te vayas acostumbrando cada vez más a esta idea, dedica varias sesiones de práctica a aplicarla con los ojos cerrados, usando cualquier tema que te venga a la mente, mirando en tu interior en vez de afuera. La idea de hoy es aplicable por igual tanto a lo uno como a lo otro.
Analizando la Lección 30 de Un Curso de Milagros: La Visión desde la Mente
Descubriendo una Nueva Forma de Ver
La Lección 30 de Un Curso de Milagros nos invita a explorar una visión espiritual del mundo, que es completamente diferente de nuestra percepción habitual. Según este enfoque, la visión verdadera reside en la mente y no en la órbita de nuestros ojos físicos. La lección propone que la forma de relacionarnos con el mundo cambiará drásticamente si adoptamos esta nueva perspectiva.
De la Separación a la Unidad
Lo interesante de esta lección es que desafía nuestra idea convencional de «proyección». En lugar de proyectar nuestras propias inseguridades, miedos o deseos en el mundo que nos rodea, se nos pide que veamos el mundo como un reflejo de la mente. De esta forma, dejamos de ver las cosas como separadas de nosotros y comenzamos a experimentar una sensación de unidad y coherencia.
La Práctica Diaria
La lección sugiere una práctica muy concreta: repetir la idea de que «Dios está en todo lo que veo porque Dios está en mi mente» lo más frecuentemente posible durante el día. El objetivo es abrirnos a una forma completamente nueva de ver el mundo, más allá de las limitaciones de la percepción sensorial.
Más Allá del Espacio y Tiempo
Uno de los aspectos más provocativos de la Lección 30 es que nos desafía a ir más allá de las limitaciones espaciales y temporales cuando aplicamos esta nueva forma de «visión». Esto implica que, más allá de lo que nuestros ojos puedan ver, hay una realidad más profunda que solo puede ser percibida con la «mente», el verdadero órgano de la visión según Un Curso de Milagros.
Conclusión: Un Cambio Radical en la Percepción
La Lección 30 de Un Curso de Milagros puede sonar un poco abstracta al principio, pero su poder radica en su capacidad para cambiar radicalmente nuestra forma de ver y experimentar el mundo. Invita a una profunda introspección y a una reevaluación de cómo vemos la realidad, sugiriendo que el cambio verdadero empieza desde adentro.
