Lección 100 UCDM
Mi papel en el plan de Dios para la salvación es esencial
Completando el Plan Divino
Del mismo modo en que el Hijo de Dios completa a su Padre, así también tu papel en el plan de tu Padre completa dicho plan. La salvación tiene que invertir la descabellada creencia en pensamientos y cuerpos separados, que viven vidas separadas y siguen caminos diferentes. Cuando mentes separadas comparten una sola función, se unen en un único propósito, pues cada una de ellas es igualmente esencial para todas las demás.
La Búsqueda de la Felicidad Perfecta
La Voluntad de Dios para ti es perfecta felicidad. ¿Por qué habrías de querer ir en contra de Su Voluntad? El papel que ha reservado para ti en el desarrollo de Su plan se te da para que puedas ser restituido a lo que Él dispone. Este papel es tan esencial para Su plan como para tu felicidad. Tu dicha tiene que ser total para que aquellos a los que Él te envía puedan entender Su plan. Ellos verán su función en tu luminoso semblante y oirán a Dios llamándoles en tu risa feliz.
Indispensable para la Salvación
Eres ciertamente esencial en el plan de Dios. Sin tu dicha, la Suya no es total. Sin tu sonrisa, el mundo no se puede salvar. Mientras la tristeza se abata sobre ti, la luz que el Propio Dios designó como el medio para salvar al mundo se atenúa y pierde su fulgor, y nadie ríe porque toda risa no es sino el eco de la tuya.
La Alegría como Llamado a la Unión
Eres ciertamente esencial en el plan de Dios. Del mismo modo en que tu luz aumenta el fulgor de todas las luces que brillan en el Cielo, así también tu dicha en la tierra exhorta a todas las mentes a abandonar sus pesares y a ocupar su puesto junto a ti en el plan de Dios. Los mensajeros de Dios rebosan de dicha, y su júbilo sana todo pesar y desesperación. Son la prueba de que lo que la Voluntad de Dios dispone es perfecta felicidad para todos los que aceptan los regalos de su Padre como propios.
Renunciando a la Tristeza por la Visión
Hoy no nos permitiremos estar tristes, pues, en tal caso, no estaríamos asumiendo el papel que tan esencial es para el plan de Dios y para nuestra visión. La tristeza es señal de que prefieres desempeñar otro papel en vez del que Dios te encomendó. Y así, no le muestras al mundo cuán grande es la felicidad que Él dispone para ti y, por consiguiente, no reconoces que ya dispones de ella.
La Importancia de la Felicidad en Nuestra Función
Hoy vamos a tratar de comprender que la dicha es nuestra función aquí. Si estás triste, no sólo no estarás cumpliendo tu función, sino que estarás privándote a ti mismo, y al mundo entero, de ella. Dios te pide que seas feliz para que el mundo pueda ver cuánto ama a Su Hijo y que Su Voluntad es que ningún pesar menoscabe su dicha, ni que ningún miedo lo acose y perturbe su paz. Hoy eres el mensajero de Dios. Brindas Su Felicidad a todo aquel que contemplas y Su Paz a todo aquel que al contemplarte ve Su mensaje en tu feliz semblante.
Preparación para la Felicidad
Hoy nos prepararemos para esto durante las sesiones de práctica de cinco minutos, dejando que la felicidad brote en nosotros tal como dispone la Voluntad de nuestro Padre y la nuestra. Comienza los ejercicios con el pensamiento que la idea de hoy presenta. Luego comprende que tu papel es ser feliz. Esto es lo único que se te pide a ti o a cualquiera que desee ocupar el lugar que le corresponde entre los mensajeros de Dios. Piensa en lo que esto significa. Estabas ciertamente equivocado al creer que se te estaba exigiendo algún sacrificio. De acuerdo con el plan de Dios tan sólo puedes recibir, y nunca perder nada, hacer sacrificio alguno o morir.
Búsqueda de la Verdadera Felicidad
Tratemos ahora de encontrar esa dicha que nos demuestra a nosotros, así como a todo el mundo, lo que la Voluntad de Dios dispone para nosotros. Tu función es encontrarla aquí, y encontrarla ahora. Para eso viniste. ¡Ojalá que hoy sea el día en que lo logres! Busca en lo más profundo de ti, sin dejarte desanimar por pensamientos pueriles y metas absurdas que pasarás de largo según asciendes para encontrarte con el Cristo en ti.
El Encuentro con el Cristo Interior
Él estará allí. Y tú puedes llegar hasta Él ahora. ¿Qué otra cosa preferirías contemplar en lugar de Aquel que aguarda para que tú lo contemples? ¿Qué pensamiento pueril podría detenerte? ¿Qué meta absurda podría impedirte triunfar cuando es Dios Mismo Quien te llama?
La Esencia de Nuestro Papel en el Plan de Dios
Él estará allí. Eres esencial en Su plan. Hoy eres Su mensajero. Y tienes que encontrar lo que Él quiere que des. No te olvides de la idea de hoy entre las sesiones de práctica de cada hora. Es tu Ser Quien te llama hoy. Y es a Él a Quien respondes cada vez que te dices a ti mismo que eres esencial en el plan de Dios para la salvación del mundo.
Reflexiones sobre Lección 100 de Un Curso de Milagros: Un Compromiso con la Salvación
Uniendo Propósitos en Armonía
La Lección 100 de Un Curso de Milagros nos invita a reconocer nuestra esencialidad en el grandioso plan de Dios para la salvación. Nos recuerda que, como el Hijo de Dios completa al Padre, nuestra participación completa este divino propósito. La lección desafía la noción de separación, proponiendo que cuando las mentes se alinean en una función compartida, emergen unificadas en un propósito singular, reforzando la idea de que cada uno es crucial en el entramado del plan divino.
La Felicidad Como Nuestra Verdadera Voluntad
Explora el concepto de que la voluntad de Dios para nosotros es la felicidad perfecta. Nos invita a reflexionar por qué alguien elegiría oponerse a esta voluntad divina. Subraya la importancia de nuestro rol en el plan de Dios, no solo como esencial para su cumplimiento sino también para nuestra propia alegría. La lección sugiere que nuestra plenitud y alegría son contagiosas, capaces de iluminar y enseñar a otros su lugar en el diseño celestial.
La Imprescindibilidad de Nuestra Alegría
Subraya nuestra importancia insustituible en el plan de salvación, señalando que sin nuestra felicidad, la visión de Dios queda incompleta. Esta sección profundiza en cómo nuestra felicidad individual ilumina el camino para la salvación del mundo, transformando la tristeza en alegría y la desesperación en esperanza. Nos recuerda que nuestra sonrisa tiene el poder de salvar al mundo, pues actúa como un faro de luz y esperanza.
La Misión de Compartir la Felicidad
Nos prepara para entender y vivir según nuestra función divina: ser felices. Este segmento destaca la simplicidad de nuestra misión según el plan de Dios, desmintiendo la idea de que se nos pida sacrificio. En cambio, enfatiza que al adherirnos a este plan, solo podemos ganar y nunca perder. Este mensaje nos alienta a buscar y encontrar la felicidad profunda que ya reside en nosotros, prometiendo un día de realización espiritual y unión con el Cristo interior.
Encuentro con el Ser Divino
Promueve un encuentro íntimo y transformador con nuestra esencia divina. Nos motiva a superar distracciones y metas triviales para descubrir el amor y la felicidad que nos define. Este encuentro es presentado como una realización esencial de nuestra existencia, un momento donde la verdadera felicidad se hace evidente y palpable, ofreciéndonos una claridad que supera cualquier obstáculo o distracción mundana.
Reafirmación de Nuestro Rol Esencial
Reitera la esencia de nuestro papel en el plan de salvación, incitándonos a reconocer y asumir nuestra misión como mensajeros de Dios. Este segmento nos invita a recordar y vivir según nuestra función sagrada a lo largo del día, asegurándonos que al hacerlo, respondemos al llamado de nuestro verdadero Ser, fortaleciendo así nuestra conexión con el plan divino y nuestra contribución a la salvación del mundo.
Conclusión: Iluminando el Camino hacia la Salvación con la Felicidad
La Lección 100 de Un Curso de Milagros nos ofrece una perspectiva revitalizadora sobre nuestra identidad y propósito, alentándonos a abrazar y vivir nuestra función de felicidad como un elemento esencial en el plan de salvación de Dios. Nos recuerda que nuestra alegría no solo nos libera, sino que también es clave para iluminar el camino hacia la salvación para todos.