Lección 128 UCDM
El mundo que veo no me ofrece nada que yo desee
La Ilusión del Valor Mundano
El mundo que ves no te ofrece nada que puedas necesitar; nada que puedas usar en modo alguno ni nada en absoluto que te pueda hacer feliz. Cree esto y te habrás ahorrado muchos años de miseria, incontables desengaños y esperanzas que se convierten en amargas cenizas de desesperación. Todo aquel que quiera dejar atrás al mundo y remontarse más allá de su limitado alcance y de sus mezquindades tiene necesariamente que aceptar que este pensamiento es verdad.
Las Cadenas de la Valoración Mundana
Cada cosa que valoras aquí no es sino una cadena que te ata al mundo, y ése es su único propósito. Pues todas las cosas tienen que servir para el propósito que les has asignado, hasta que veas en ellas otro propósito. El único propósito digno de tu mente que tiene este mundo es que lo pases de largo, sin detenerte a percibir alguna esperanza allí donde no hay ninguna. No te dejes engañar más. El mundo que ves no ofrece nada que tú desees.
Liberación de las Ilusiones de Salvación Material
Escápate hoy de las cadenas con las que aprisionas a tu mente cuando percibes la salvación aquí. Pues aquello que valoras lo consideras parte de ti tal como te percibes a ti mismo. Todo aquello que persigues para realzar tu valor ante tus propios ojos te limita todavía más, oculta de tu conciencia tu valía y añade un cerrojo más a la puerta que conduce a una verdadera conciencia de tu Ser.
Priorizando la Salvación Sobre las Tentaciones Mundanas
No dejes que nada que esté relacionado con pensamientos corporales te demore en tu avance hacia la salvación, ni que la tentación de creer que el mundo puede ofrecerte algo que deseas te retrase. No hay nada aquí que valga la pena anhelar. Nada aquí es digno de un instante de retraso o de dolor, ni de un solo momento de incertidumbre o de duda. Lo que carece de valor no ofrece nada. Lo que verdaderamente tiene valor no se puede hallar en lo que carece de valor.
Práctica de Desapego
Nuestra práctica de hoy consiste en abandonar todo pensamiento que tenga que ver con cualquier valor que le hayamos atribuido al mundo. Lo liberaremos de cualquier propósito que le hayamos asignado a sus aspectos, fases y sueños. Lo consideraremos en nuestra mente como algo carente de propósito, y lo relevaremos de todo aquello que queríamos que fuese. De esta manera romperemos las cadenas que atrancan la puerta que conduce a nuestra liberación de él e iremos más allá de todos sus insignificantes valores y limitados objetivos.
Ascenso hacia la Libertad
Detente y permanece muy quedo por unos momentos, y observa cuán alto te elevas por encima del mundo cuando liberas a tu mente de sus cadenas y dejas que busque el nivel donde se siente a gusto. Tu mente se sentirá agradecida de poder estar libre por un rato. Ella sabe dónde le corresponde estar. Libera sus alas y volará sin titubeos y felizmente a unirse con su santo propósito. Déjala que descanse en su Creador para que allí sea restituida a la cordura, a la libertad y al amor.
Momentos de Liberación Consciente
Dale hoy diez minutos de descanso en tres ocasiones. Y cuando abras los ojos después de cada una de estas sesiones no valorarás lo que veas tanto como lo valorabas antes. Tu perspectiva del mundo cambiará ligeramente cada vez que le permitas a tu mente liberarse de sus cadenas. El mundo no es el lugar donde le corresponde estar. Y a ti te corresponde estar allí donde ella quiere estar, y a donde va a descansar cuando la liberas del mundo. Tu Guía es infalible. Haz que tu mente sea receptiva a Él. Permanece muy quedo y descansa.
Manteniendo la Mente Protegida
Protege asimismo tu mente a lo largo del día. Y cuando pienses que algún aspecto o alguna imagen del mundo tienen valor, niégate a encadenar tu mente de esa manera y, en lugar de ello, repite para tus adentros con tranquila certeza: Esto no me tentará a demorarme. El mundo que veo no me ofrece nada que yo desee.
Reflexiones sobre la Lección 128 de Un Curso de Milagros: Desenmascarando la Ilusión
La Futilidad de Buscar en el Exterior
La Lección 128 de Un Curso de Milagros nos presenta un poderoso recordatorio: el mundo exterior, con todas sus promesas y tentaciones, no tiene nada de verdadero valor que ofrecernos. Este concepto nos insta a reconsiderar nuestras percepciones y valores, señalando que lo que realmente buscamos y deseamos no puede encontrarse en la materialidad o en las ofertas transitorias del mundo.
Desatando las Cadenas del Deseo Material
El curso nos enseña a identificar cómo cada elemento que valoramos en el mundo actúa como una cadena que nos ata más firmemente a él, limitando nuestra percepción y experiencia de la verdadera libertad. La lección nos urge a pasar más allá de la superficialidad y a no dejarnos engañar por la falsa promesa de felicidad que el mundo parece ofrecer.
En Busca de una Liberación Genuina
Nos anima a liberarnos de las ilusiones de salvación que proyectamos en el mundo material. Esto implica un cambio profundo en cómo vemos nuestro valor y cómo definimos la salvación, dirigiendo nuestra búsqueda hacia nuestro interior y hacia la conexión con nuestro verdadero Ser y propósito.
Elevándonos Sobre las Tentaciones Mundanas
Esta lección nos motiva a resistir las tentaciones del mundo que nos distraen de nuestro camino hacia la salvación. Nos recuerda que nada de lo que el mundo ofrece merece nuestra angustia, duda o demora, ya que carece de valor verdadero y eterno.
Desapego Activo del Mundo
La práctica propuesta es un ejercicio de desapego consciente de los valores mundanos. Nos invita a ver el mundo como carente de propósito y significado real, liberándonos de las cadenas que nos atan a él y abriendo la puerta a nuestra liberación verdadera.
Ascendiendo hacia la Verdadera Libertad
Al tomarnos momentos de quietud y desapego, podemos experimentar una elevación espiritual que nos aleja de las limitaciones mundanas. Esta práctica nos permite sentir la gratitud de una mente liberada, que reconoce su verdadero hogar y propósito en la unión con el Creador.
Reajustando Nuestra Perspectiva del Mundo
La lección sugiere dedicar momentos de descanso mental para facilitar un cambio en nuestra percepción del mundo. Cada sesión de liberación mental nos acerca más a entender que nuestra verdadera estancia no es en este mundo, sino en la paz y el amor que trascienden lo físico.
Protegiendo Nuestra Paz Mental
Finalmente, se nos insta a mantener nuestra mente protegida de las tentaciones del valor mundano, recordándonos constantemente que el mundo no tiene nada que desear. Esta práctica continua de recordatorio y reafirmación nos ayuda a mantenernos enfocados en nuestro verdadero objetivo: la unión con Dios y la realización de nuestro Ser auténtico. La Lección 128 de Un Curso de Milagros es un llamado a examinar y redefinir nuestras percepciones y valores, orientándonos hacia una búsqueda interna de paz y felicidad verdaderas, más allá de las ilusiones transitorias del mundo físico. Nos guía a liberarnos de las ataduras que nos impiden experimentar nuestra auténtica libertad y unión con lo divino.