Lección 126 UCDM
Todo lo que doy es a mí mismo a quien se lo doy
La Revolución del Pensamiento
La idea de hoy—que es completamente ajena al ego y a la manera de pensar del mundo—es crucial para la inversión de pensamiento al que este curso dará lugar. Si creyeras lo que la idea de hoy afirma, no te resultaría difícil perdonar completamente, tendrías certeza con respecto a tu objetivo y no tendrías ninguna duda acerca de tu rumbo. Entenderías los medios a través de los cuales se alcanza la salvación y no vacilarías en emplearlos ahora mismo.
Desafío a las Creencias Convencionales
Examinemos lo que crees en lugar de esta idea. Te parece que los demás están separados de ti, que son capaces de adoptar comportamientos que no tienen repercusión alguna sobre tus pensamientos, y que los que tú adoptas no tienen repercusión alguna sobre los de ellos. Tus actitudes, por lo tanto, no tienen ningún efecto sobre ellos y sus súplicas de ayuda no guardan relación alguna con las tuyas. Crees además que ellos pueden pecar sin que ello afecte la percepción que tienes de ti mismo, mientras que tú puedes juzgar sus pecados y mantenerte a salvo de cualquier condenación y en paz.
Malentendidos sobre el Perdón
Y así, cuando “perdonas” un pecado, no ganas nada directamente. Es una ofrenda de caridad a alguien que no se la merece, a fin de demostrar simplemente que tú eres mejor y que te encuentras en un plano superior a él. Él no se ha ganado la limosna de tu tolerancia—que tú le concedes sabiendo que no es digno de tal dádiva—ya que sus pecados lo han situado por debajo de una verdadera igualdad contigo. No tiene derecho a tu perdón, el cual supone un regalo para él, pero no para ti.
La Falsa Percepción del Perdón
De este modo, el perdón es básicamente pernicioso: un capricho caritativo, benévolo tal vez, pero inmerecido; una dádiva que a veces se concede y a veces se niega. Puesto que es “inmerecido”, es justo no otorgarlo, pero no es justo que tú tengas que sufrir por haberte negado a concederlo. El pecado que perdonas no es tu pecado. Lo cometió alguien que se encuentra separado de ti. Y si tú entonces eres magnánimo con él y le concedes lo que no se merece, la dádiva es algo tan ajeno a ti como lo fue su pecado.
La Inestabilidad del Perdón Convencional
Si esto fuera verdad, el perdón no tendría ningún fundamento sobre el que basarse con certeza y seguridad. Sería una excentricidad, según la cual algunas veces decides conceder indulgentemente un perdón inmerecido. Conservarías, no obstante, el derecho a no eximir al pecador de la justa retribución por su pecado. ¿Crees que el Señor de los Cielos iba a permitir que la salvación del mundo dependiera de esto? ¿No sería acaso Su interés por ti ciertamente ínfimo si permitiera que tu salvación dependiera de un capricho?
Malentendidos Comunes sobre el Perdón
No entiendes lo que es el perdón. Tal como lo ves, no es sino un freno al ataque abierto que no requiere corrección alguna en tu mente. Tal como lo percibes, no puede aportarte paz. No constituye un medio por el cual liberarte de aquello que ves en otro, pero no en ti mismo. No tiene poder alguno para restaurar en tu conciencia tu unidad con él. Eso no es lo que Dios dispuso que el perdón fuese para ti.
El Regalo Ignorado y el Verdadero Perdón
Al no haberle concedido al Padre el regalo que te pide, no puedes reconocer Sus regalos, y crees que no te los ha dado. Sin embargo, ¿te pediría Él un regalo que no fuera para ti? ¿Podría acaso contentarse con gestos vacíos y considerar que tales míseros regalos son dignos de Su Hijo? La salvación es un regalo mucho mejor que eso. Y el verdadero perdón, que es el medio por el que se alcanza la salvación, no puede sino sanar a la mente que da, pues dar es recibir. Lo que no se ha recibido, no se ha dado, pero lo que se ha dado tiene necesariamente que haberse recibido.
Unidad en Dar y Recibir
Hoy trataremos de entender la verdad según la cual el que da y el que recibe son uno. Vas a necesitar ayuda para dar sentido a esto, ya que es una idea completamente ajena a los pensamientos a los que estás acostumbrado. Mas la Ayuda que necesitas está aquí. Deposita hoy tu fe en Él, y pídele que esté contigo a la hora de practicar con la verdad. Y si logras captar aunque sea un pequeño atisbo de la liberación que reside en la idea que practicamos hoy, éste será ciertamente un día de gloria para el mundo.
Práctica de Comprensión
Dedica hoy quince minutos en dos ocasiones a tratar de entender la idea de hoy. Esta idea es el pensamiento mediante el cual el perdón pasa a ocupar el lugar que le corresponde entre tus prioridades. Es el pensamiento que liberará a tu mente de cualquier obstáculo que te impida comprender el significado del perdón y que te permitirá darte cuenta de lo valioso que es para ti.
Refugio en la Serenidad y la Verdad
Mientras permaneces en silencio, cierra los ojos al mundo que no comprende lo que es el perdón y busca refugio en el sereno lugar en el que los pensamientos se transforman y donde las falsas creencias se abandonan. Repite la idea de hoy y pide ayuda para poder entender lo que realmente significa. Estate dispuesto a dejarte enseñar. Alégrate de oír lo que te dice la Voz de la Verdad y de la curación, y entenderás las palabras que Él te diga y reconocerás que son las tuyas.
Recordatorio y Meta del Día
Tan a menudo como puedas hoy, recuérdate a ti mismo que tienes un objetivo, una meta que hace que éste sea un día especialmente importante para ti y para todos tus hermanos. No permitas que tu mente se olvide de este objetivo por mucho tiempo, sino que di para tus adentros: Todo lo que doy es a mí mismo a quien se lo doy. La Ayuda que necesito para comprender que esto es verdad está conmigo ahora. Y confiaré plenamente en Él. Permanece luego en silencio por un momento y deja que tu mente sea receptiva a Su Corrección y a Su Amor. Y creerás lo que Le oigas decir, pues recibirás lo que Él te dé.
Reflexiones sobre la Lección 126 de Un Curso de Milagros: La Esencia del Verdadero Perdón
Una Nueva Perspectiva sobre el Perdón
La Lección 126 de Un Curso de Milagros nos invita a reconsiderar profundamente nuestra comprensión del perdón, proponiendo una idea revolucionaria: todo lo que damos, lo damos a nosotros mismos. Este principio, que desafía la percepción convencional del ego y del mundo, es fundamental para transformar nuestra forma de pensar y actuar. Reconocer que no hay separación entre nosotros y los demás es el primer paso hacia un perdón genuino, uno que va más allá de la caridad superficial o el juicio.
Desmontando Creencias Erróneas
Muchas veces, nuestro enfoque del perdón se basa en la percepción de la separación y la superioridad, donde perdonar se convierte en un acto de condescendencia hacia alguien «menos digno». Sin embargo, esta visión distorsionada ignora una verdad esencial: estamos intrínsecamente conectados con los demás, y cada acto de perdón nos afecta directamente. La lección desafía estas creencias erróneas y nos impulsa a reconocer que el perdón verdadero es un regalo de liberación mutua.
El Verdadero Perdón y la Salvación
Contrario a la idea de que el perdón es un favor o un acto de caridad hacia otro, la lección nos enseña que el verdadero perdón es un camino hacia nuestra propia salvación. Al liberar a los demás de nuestros juicios y resentimientos, nos liberamos a nosotros mismos, reconociendo nuestra unión con ellos y con Dios. Este acto de dar es en realidad un acto de recibir, pues nos devuelve a un estado de paz y unidad con el todo.
Practicando la Idea Central
La lección propone dedicar tiempo para meditar en silencio sobre la idea de que dar y recibir son lo mismo. A través de la práctica, buscamos un entendimiento más profundo de este principio, permitiendo que transforme nuestra percepción del perdón y nos lleve a experimentar la verdadera paz y libertad. Se nos anima a permanecer abiertos a la enseñanza y a confiar en la ayuda divina para guiar nuestro entendimiento.
Manteniendo el Propósito en Mente
Se nos recuerda mantener presente nuestro objetivo a lo largo del día: reconocer y vivir según la verdad de que todo lo que damos, nos lo damos a nosotros mismos. Esta meta convierte el día en uno de especial importancia, no solo para nosotros sino para todos nuestros hermanos, subrayando la idea de que nuestra sanación es colectiva.
Conclusión: La Transformación a Través del Perdón
La Lección 126 de Un Curso de Milagros nos ofrece una perspectiva transformadora sobre el perdón, mostrándonos que es mucho más que un acto de clemencia hacia otro. Es un camino hacia nuestra propia liberación, una práctica que nos devuelve a la unidad con los demás y con Dios. Al comprender y vivir según el principio de que dar es recibir, abrimos nuestras mentes y corazones a la salvación y la paz verdaderas. Esta lección es un llamado a experimentar el perdón no como un capricho, sino como el medio esencial a través del cual reconocemos nuestra verdadera identidad y destino compartidos.