Lección 106 UCDM
Déjame aquietarme y escuchar la verdad
Ignorando la Voz del Ego
Si no le prestaras atención a la voz del ego, por muy ensordecedora que parezca ser su llamada; si no aceptaras sus míseros regalos que no te aportan nada que realmente quieras y si escucharas con una mente receptiva que no te haya dicho lo que es la salvación, podrías entonces oír la poderosa Voz de la Verdad, serena en su poder, fuerte en su quietud y absolutamente segura de Sus mensajes.
La Llamada a la Paz
Escucha, y oye a tu Padre hablarte por medio de la Voz que Él designó fuese la Suya, la cual acalla el estruendo de lo que no tiene sentido y les muestra el camino de la paz a los que no pueden ver. Aquiétate hoy y escucha la verdad. No te dejes engañar por las voces de los muertos, que te dicen que han encontrado la fuente de la vida y te la ofrecen para que creas en ella. No les hagas caso, antes bien, escucha la verdad.
Eludiendo las Voces del Mundo
No tengas miedo hoy de eludir las voces del mundo. Sigue adelante con paso ligero más allá de su insensata persuasión. No les prestes oídos. Aquiétate hoy y escucha la verdad. Ve más allá de todas las cosas que no hablen de Aquel que tiene tu felicidad en Sus Manos y que te la ofrece con calidez y amor. Escúchalo únicamente a Él hoy y no te demores más en llegar a Él. Escucha hoy una sola Voz.
Promesa Cumplida
Hoy se cumple la promesa de la Palabra de Dios. Escucha y permanece en silencio. Él quiere hablarte. Viene a ti con milagros mil veces más jubilosos y más maravillosos que los que tú hayas podido jamás soñar o desear en tus sueños. Sus milagros son verdad. No se desvanecerán cuando al sueño le llegue su fin. Por el contrario, son los que le darán fin al sueño; y perdurarán eternamente, pues proceden de Dios para Su bienamado Hijo, cuyo otro Nombre eres tú. Prepárate hoy para los milagros. Permite que hoy se cumpla la ancestral promesa que tu Padre te hizo a ti y a todos tus hermanos.
Llamado a Despertar
Óyelo hoy, y escucha la Palabra que levanta el velo que cubre la tierra y que despierta a todos los que duermen y no pueden ver. Dios los llama a través de ti. Él necesita tu voz para hablarles, pues, ¿quién sino el Padre podría llegar hasta el Hijo, llamándolo a través de tu Ser? Óyelo hoy y ofrécele tu voz para que Él pueda hablarle a las multitudes que esperan a oír la Palabra que Él pronunciará hoy.
Preparándote para la Salvación
Estate listo para la salvación. Está aquí y hoy se te concederá. Y descubrirás cuál es tu función por medio de Aquel que la eligió por ti en Nombre de tu Padre. Escucha hoy y oirás una Voz que resonará por todo el mundo a través de ti. El Portador de todos los milagros necesita que tú los recibas primero, para que así te conviertas en el feliz dador de lo que has recibido.
La Esencia de la Salvación
Así comienza la salvación y así termina: cuando todo sea tuyo y lo hayas dado completamente, permanecerá contigo para siempre. La lección se habrá aprendido. Hoy vamos a practicar lo que es dar, pero no de la manera en que lo entiendes ahora, sino como es. Los ejercicios de cada hora deben ir precedidos de esta plegaria de iluminación: Me aquietaré y escucharé la verdad. ¿Qué significa dar y recibir?
Pregunta y Recibirás
Pregunta, y confía en que se te contestará. Lo que pides es algo cuya respuesta ha estado esperando mucho tiempo a que la aceptes. Dicha respuesta representará el comienzo del ministerio para el que viniste, el cual liberará al mundo de la creencia de que dar es una manera de perder. De este modo el mundo se prepara para entender y para recibir.
Escuchar la Verdad
Aquiétate y escucha la verdad hoy. Por cada cinco minutos que pases escuchando, mil mentes se abrirán a la verdad y oirán la santa Palabra que tú oyes. Y cuando la hora haya pasado, liberarás mil más que harán una pausa para pedir que la verdad les sea revelada tanto a ellas como a ti.
La Palabra de Dios y el Acto de Dar
Hoy se cumple la santa Palabra de Dios cuando tú la recibes para darla, de manera que puedas enseñarle al mundo lo que significa dar, escuchándolo y aprendiéndolo de Él. No te olvides hoy de reforzar tu decisión de escuchar y recibir la Palabra repitiendo el siguiente recordatorio tan a menudo como te sea posible: Déjame aquietarme y escuchar la verdad. Hoy soy el mensajero de Dios. Mi voz es Suya para dar lo que recibo.
Reflexiones sobre la Lección 106 de Un Curso de Milagros: El Silencio como Puerta a la Verdad
Silenciando el Ego para Escuchar la Verdad
La Lección 106 de Un Curso de Milagros nos invita a silenciar deliberadamente la voz del ego para poder escuchar la Voz de la Verdad. Este acto de aquietamiento no es solo una pausa física, sino una elección consciente de ignorar las tentaciones del ego, sus ofertas vacías y sus promesas falsas, para poder sintonizar con una guía más confiable y serena que nos conecta directamente con Dios.
Distinguir Entre las Voces
Se nos enseña a discernir entre el caos de las voces del mundo y la calma de la Voz Divina. La lección destaca la importancia de no dejarse engañar por las promesas vacías que ofrece el mundo, reconociendo que la verdadera paz y dicha solo pueden venir de una fuente: la comunicación directa con nuestro Padre. Aquietarse y escuchar se convierte en un acto de fe y un reconocimiento de dónde reside nuestra verdadera lealtad.
Avanzar Más Allá del Miedo
La invitación a eludir las voces del mundo es también una invitación a superar el miedo. El miedo a menudo nos mantiene atados a lo conocido, incluso cuando lo conocido es una fuente de dolor y confusión. La lección nos anima a avanzar con confianza hacia una comprensión más profunda de nuestra verdadera naturaleza y destino, que está en manos de Dios.
La Promesa de los Milagros
Nos recuerda la promesa de que estamos destinados a experimentar milagros, aquellos que no se desvanecen con el tiempo sino que permanecen para siempre, cambiando no solo nuestras vidas sino también las de aquellos a nuestro alrededor. La preparación para estos milagros comienza con la voluntad de escuchar y recibir la Palabra de Dios, permitiendo que Su Verdad ilumine nuestras mentes y guíe nuestras acciones.
Convertirse en el Mensajero de Dios
Finalmente, la lección nos posiciona como mensajeros de Dios, encargados de llevar Su Palabra a aquellos que aún duermen en la ilusión. Este rol no solo nos eleva sino que también nos responsabiliza de ser portadores de luz, paz y dicha a un mundo que desesperadamente los necesita. Al ofrecer nuestra voz a Dios, nos convertimos en un canal a través del cual Él puede hablar, llevando esperanza y sanación a todos los rincones de la tierra.
Conclusión: El Camino hacia la Salvación
La Lección 106 de Un Curso de Milagros es un llamado a la introspección y al compromiso personal con el viaje espiritual. Nos enseña que el camino hacia la salvación y la realización de nuestra función divina comienza con un momento de quietud, donde elegimos conscientemente escuchar la Voz de la Verdad por encima de todas las demás. Este acto de escucha no solo transforma nuestras vidas, sino que también nos prepara para ser los dadores felices de los milagros que primero hemos recibido, cumpliendo así con nuestro propósito divino y ayudando a despertar al mundo a la realidad del amor de Dios.
