Lección 73 UCDM
Mi Voluntad es que se haga la Luz
La Voluntad Compartida con Dios
Hoy vamos a examinar la voluntad que compartes con Dios. Dicha voluntad no es lo mismo que los vanos deseos del ego, de los cuales emanan las tinieblas y la nada. La voluntad que compartes con Dios encierra dentro de sí todo el poder de la Creación. Los vanos deseos del ego no se pueden compartir y, por lo tanto, no tienen poder alguno. Sus deseos no son infructuosos en el sentido de que pueden dar lugar a un mundo de ilusiones en el cual puedes llegar a creer ciegamente. Desde el punto de vista de la Creación, no obstante, son ciertamente infructuosos, pues no dan lugar a nada que sea real.
Vanos Deseos y Resentimientos: Constructores de Ilusiones
Los vanos deseos y los resentimientos son socios o cofabricantes del mundo tal como lo ves. Los deseos del ego dieron lugar al mundo, y la necesidad del ego de abrigar resentimientos—los cuales son indispensables para sustentar este mundo—lo pueblan de figuras que parecen atacarte y hacer que tus juicios estén “justificados”. Estas figuras se convierten en los intermediarios que el ego emplea en el tráfico de resentimientos. Se interponen entre tu conciencia y la realidad de tus hermanos. Al contemplar dichas figuras, no puedes conocer a tus hermanos ni a tu Ser.
La Negociación de la Culpa y los Resentimientos
Pierdes conciencia de tu voluntad en esta extraña negociación en la que la culpa se trueca una y otra vez, y los resentimientos aumentan con cada intercambio. ¿Podría un mundo como éste haber sido creado por la Voluntad que el Hijo de Dios comparte con su Padre? ¿Acaso creó Dios desastres para Su Hijo? La Creación es la Voluntad conjunta de Ambos. ¿Hubiese creado Dios un mundo que Lo pudiese destruir?
Reconectando con un Mundo de Luz
Hoy trataremos una vez más de ponernos en contacto con el mundo que es acorde con tu voluntad. La luz está en él porque no se opone a la Voluntad de Dios. No es el Cielo, pero la luz del Cielo resplandece sobre él. Las tinieblas han desaparecido, y los vanos deseos del ego se han disipado. Sin embargo, la luz que resplandece sobre dicho mundo es un reflejo de tu voluntad. Por lo tanto, es dentro de ti donde la buscaremos.
La Fuente de Luz y Oscuridad en Nosotros
Tu imagen del mundo tan sólo puede reflejar lo que está dentro de ti. Ni la fuente de la luz ni la de la obscuridad pueden encontrarse fuera de ti. Tus resentimientos nublan tu mente y, como consecuencia de ello, contemplas un mundo tenebroso. El perdón despeja las tinieblas, reafirma tu voluntad y te permite contemplar un mundo de luz. Hemos subrayado repetidas veces que es fácil salvar la barrera de los resentimientos, y que ésta no puede interponerse entre tu salvación y tú. La razón es muy simple. ¿Quieres realmente estar en el infierno? ¿Quieres realmente gemir, sufrir y morir?
Rechazo de las Falsedades del Ego
Olvídate de los argumentos del ego que tratan de probar que todo eso es realmente el Cielo. Tú sabes bien que no lo es. Eso no puede ser lo que deseas para ti mismo. Hay un punto más allá del cual las ilusiones no pueden pasar. El sufrimiento no es felicidad, y la felicidad es lo que realmente deseas. Eso es lo que en verdad es tu voluntad. Y por ende, la salvación es asimismo tu voluntad. Tú quieres tener éxito en lo que nos proponemos hacer hoy. Así que lo emprendemos con tu bendición y grata conformidad.
La Voluntad Hacia la Salvación
Tendremos éxito hoy si recuerdas que lo que quieres para ti es la salvación. Quieres aceptar el plan de Dios porque eres parte integrante de él. No tienes ninguna voluntad que realmente se pueda oponer a ese plan ni tampoco es ése tu deseo. La salvación es para ti. Por encima de todo quieres tener la libertad de recordar Quién eres realmente. Hoy es el ego el que se encuentra impotente ante tu voluntad. Tu voluntad es libre y nada puede prevalecer contra ella.
Ejercicios de Hoy: Confianza y Entusiasmo
Abordaremos los ejercicios de hoy, por lo tanto, con entusiasmo y confianza, seguros de que encontraremos lo que es tu voluntad encontrar y de que recordaremos lo que es tu voluntad recordar. Ningún deseo vano puede detenernos ni engañarnos con ilusiones de fuerza. Deja que hoy se haga tu voluntad, y pon fin de una vez por todas a la absurda creencia de que prefieres el infierno al Cielo.
Alineación con el Plan de Dios
Comenzaremos nuestras sesiones de práctica más largas reconociendo que el plan de Dios para la salvación y sólo el Suyo, es el que está en completo acuerdo con tu voluntad. No es el designio de un poder extraño que se te impone en contra de tu voluntad. Es el único objetivo aquí con el que tú y tu Padre estáis perfectamente de acuerdo. Triunfarás hoy: la hora señalada para la emancipación del Hijo de Dios del infierno y de todos los deseos vanos. Su voluntad queda ahora reinstaurada en su conciencia. Él está dispuesto hoy mismo a contemplar la luz que mora en él y a salvarse.
Afirmación de la Luz Interior
Después que te hayas recordado esto a ti mismo y hayas resuelto mantener tu voluntad claramente en tu mente, repite para tus adentros estas palabras con templada determinación y tranquila certeza: Mi voluntad es que se haga la luz. Quiero contemplar la luz que refleja la Voluntad de Dios y la mía. Deja entonces que tu voluntad se afirme a sí misma, unida al Poder de Dios y en unión con tu Ser. Pon el resto de la sesión de práctica bajo Su dirección. Únete a Ellos que te señalan el camino.
Práctica Constante y Liberación de Resentimientos
En las sesiones de práctica más cortas, declara nuevamente lo que realmente deseas. Di: Mi voluntad es que se haga la luz. La obscuridad no es mi voluntad. Debes repetir esto varias veces por hora. Es de suma importancia, no obstante, que apliques esta idea de inmediato si te sientes tentado de abrigar cualquier clase de resentimiento. Esto te ayudará a desprenderte de todos ellos en lugar de seguir abrigándolos y ocultándolos en la obscuridad.
Explorando la Lección 73 de Un Curso de Milagros: El Despertar a la Luz
Descubriendo la Verdadera Voluntad
La Lección 73 de Un Curso de Milagros nos lleva en un viaje hacia el entendimiento profundo de nuestra voluntad auténtica, la que compartimos con Dios, alejada de los deseos efímeros y las ilusiones creadas por el ego. Esta lección nos desafía a reconocer que, en el núcleo de nuestro ser, deseamos la felicidad verdadera, no el sufrimiento disfrazado de placer que el ego nos presenta. A diferencia de los deseos vanos que solo generan más ilusión, nuestra voluntad real tiene el poder de crear y manifestar la luz en nuestras vidas.
Contraposición de Deseos Vanos y la Verdad
Los deseos vanos y los resentimientos son identificados como los arquitectos de un mundo de ilusiones, un mundo que nos aleja de la verdadera conexión con nuestros hermanos y con nuestro Ser. Estos deseos, impulsados por el ego, construyen barreras entre nosotros y la realidad, fomentando un ciclo interminable de culpa y resentimiento. La lección nos invita a cuestionar si un mundo lleno de desastre y sufrimiento podría realmente emanar de la Voluntad divina que compartimos con Dios.
Hacia un Mundo Iluminado
La lección avanza proponiendo un reencuentro con un mundo alineado con nuestra voluntad verdadera, un mundo donde la luz del Cielo brilla sobre nosotros, disipando las tinieblas y los deseos vanos del ego. Este mundo de luz es un reflejo de lo que verdaderamente deseamos ver y ser, y es dentro de nosotros donde podemos encontrarlo. Al buscar la luz, no solo nos alineamos con la Voluntad de Dios, sino que también reconocemos nuestra capacidad de reflejarla y compartirla.
Reflejando Nuestra Luz Interior
La lección subraya que tanto la luz como la oscuridad encuentran su origen en nuestro interior. Nuestros resentimientos oscurecen nuestra percepción, creando un mundo que refleja esa obscuridad. Sin embargo, el acto de perdón aclara la visión, permitiéndonos ver un mundo lleno de luz. Este proceso reafirma nuestra voluntad de escapar del infierno de nuestras propias creaciones y encontrar la salvación en la verdad de nuestra identidad divina.
Compromiso con la Luz
La práctica diaria según esta lección incluye afirmaciones poderosas que nos ayudan a reafirmar nuestra decisión de ver la luz y despejar la oscuridad de nuestra percepción. «Mi voluntad es que se haga la luz» se convierte en un mantra que nos recuerda nuestra verdadera intención y nos guía hacia la liberación de cualquier resentimiento. Esta práctica constante es un camino hacia la liberación, permitiéndonos revelar y aferrarnos a la luz que verdaderamente somos.
Conclusión: La Elección de la Luz sobre la Oscuridad
Lección 73 de Un Curso de Milagros nos recuerda que, al final, la elección de la luz sobre la oscuridad es nuestra. Nos invita a dejar de lado las ilusiones del ego y abrazar la verdad de nuestra existencia, una existencia donde la voluntad de felicidad, paz y salvación prevalece. Al comprometernos con esta voluntad, no solo cambiamos nuestra percepción del mundo, sino que también nos acercamos a recordar quiénes somos realmente: seres de luz, amor y unidad con Dios.